El Real Estelí cumplió 39 partidos internacionales sin ganar. La misma idea que le ha dado ocho campeonatos nacionales consecutivos de la Primera División es insuficiente cuando cruza la frontera, aunque cuenta con la misma nómina.
La cuenta pendiente del Estelí será la misma de hace 23 años: sacar tres puntos en la Liga de Campeones de Concacaf. A veces no salda la deuda por falta de atrevimiento, como ante los Tigres de México (1-1) hace dos temporadas, en otros, como el pasado miércoles contra el Saprissa de Costa Rica (1-1), se lesiona su jugador más decisivo: Juan Barrera.
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Barrera fue el principio y el fin del juego de Estelí. Otoniel Olivas diseñó un plan de ataque en torno a él y Samuel Wilson. Apostó al descaro de ambos en el mano a mano, pero solo el atacante ocotaleano hizo estragos. En los 15 minutos que jugó dejó huellas por la banda izquierda del Saprissa.
La lesión de Barrera liberó al lateral izquierdo Jordan Smith y sus compañeros en la línea defensiva. La banda fue suya. Encaró y regateó para dar la jugada del gol.
Wilson no pudo asumir la función de Barrera. Inquietó solo una vez con un fuerte disparo lejano, sin embargo no desequilibró, principal movimiento que exigió el planteamiento del Estelí sobre todo con el 1-0. Carlos Chavarría entró en el segundo tiempo a dar un poco de lo que ofreció Barrera. No lo hizo mal, pero no era lo mismo. Sin Barrera el plan de Estelí se deshizo.
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