El escritor Horacio Peña estará mañana en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica (INCH), leyendo versos de su libro Las voces del viento. Poemas de tipo religioso y sobre el costumbrismo en la vida del nicaragüense.
Peña anunció que en el recital participará con El ángel cantor de La Paz Centro, Las almas de los muertos . “De acuerdo a las culturas indígenas precolombinas los indios nicaragüenses creían que el alma tenía forma de mariposa y luego regresaba para estar entre los familiares”, dice el escritor.
1973 – Aparece con Poema a un hombre llamado Roberto Clemente.
1976 – Da a conocer El enemigo de los poetas y otros cuentos.
1978 – Las memorias de Beowulf.
1988 – Antología del inmigrante.
1992 – Los mil rostros de Dios en la poesía centroamericana.
1999 – Su largo ensayo Los mil rostros de Dios en la poesía centroamericana, fue publicado en la revista Hispanic Latino Theology, traducido por Rob Cogswell.
2003 – Electo Miembro Correspondiente de la Academia Nicaragüense de la Lengua.
2005 – Yo, Orfeo, vuelvo de nuevo a cantar y Parábolas para ciegos.
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También abordará lo místico en otro poema: Una mujer de Olimpos me habla de la Semana Santa en Olimpos y yo le hablo de la Semana Santa en Nicaragua, siempre con la temática religiosa.
“Es como un diálogo con una mujer que vive en una isla muy antigua en Grecia y yo le voy hablando de cómo se celebra en el país cuando yo era un niño”, enfatiza el poeta.
El ars poética
El escritor también refirió que estará exponiendo sus percepciones de la escritura y en especial de la poesía.
“También estará presente mi ars poética, cómo nace el poema, y ese sentido en el que cuestiono la función de la poesía. Por s puesto que cada uno de nosotros tiene una respuesta según su experiencia”, explica.
“Por ejemplo, el poema se escribe con el estado de ánimo, tengo un poema que se llama; Poema mundo nada, nada mundo poema , es una visión negativa de mi parte, que la poesía no cambia nada del mundo frente a todo ese consumismo va a vencer el aspecto intelectual de las personas como los teléfonos, ese el ‘cosismo’ en que se ha convertido la persona”, dice Peña.
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