Roy Moncada
A Sara Gutiérrez no le pueden contar cuentos de lo difícil que es abordar una unidad siendo no vidente, puesto que ha vivido en carne propia las groserías de los conductores. El otro día al chofer se le antojó bajarla al lado de un cauce, corriendo el peligro de caer.
Ante esta falta de consideración que tienen los conductores de los buses capitalinos y parte la población, con las personas con discapacidad, el Instituto Nicaragüense de Mujeres No Videntes (INMUN) realizará una prometedora campaña de sensibilización.
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Rosa Salgado, procuradora especial para las personas con discapacidad, anunció que a través de los medios de comunicación y con visitas en los colegios, intentarán cambiar la realidad adversa, la odisea que vive una persona ciega al hacer uso del transporte colectivo debido a que los choferes evitan montarlos en las paradas o bajarlos donde les parece.
“El abordar una ruta para las mujeres no videntes (que) sea con apoyo, con el trato (adecuado) y no apresurar a las personas porque tienden a quebrar sus equipos auxiliares”, manifestó Salgado, quien conoce del reto que tienen para cambiar la dinámica que viola la ley 763, Ley de los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Tres años de la victoria
Después de las luchas de organizaciones que trabajan por los derechos de las personas con discapacidad, en agosto del año 2011 se publicó en La Gaceta la Ley 763, denominada Ley de Derechos de las Personas con Discapacidad.
Aprobada la Ley 763, las instituciones públicas y privadas deben aplicar los artículos de esta.
El capítulo cuatro del estatuto señala que en el plano laboral las personas con discapacidad deben trabajar en las mismas condiciones que el resto, velar por el cumplimiento de esto es responsabilidad del Ministerio del Trabajo .
Respecto a la educación, el capítulo Cinco establece que la enseñanza que reciban debe ser de calidad e inclusiva.
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