SAO PAULO/AP
El Partido Socialista Brasileño que perdió a su candidato presidencial en un accidente de aviación nombró el sábado como su abanderada a la compañera de fórmula de éste, Marina Silva, que aparece como un nuevo desafío en los planes de reelección de la mandataria Dilma Rousseff.
Silva, exministra de Medio Ambiente, tuvo un gran desempeño en las anteriores elecciones presidenciales en Brasil y sustituirá a Eduardo Campos, que murió el miércoles cuando la avioneta en la que viajaba se estrelló en una zona residencial en la ciudad de Santos.
Ricardo Young, concejal de la ciudad de Sao Paulo y cercano colaborador de Silva, dijo que participó el viernes en una reunión en la que los dirigentes del partido expresaron a la exministra su deseo de que ella sustituyera a Campos y aceptó ser la candidata presidencial.
“El partido desea seguir algunos trámites internos para hacer el anuncio, pero la dirección principal lo ha ratificado (el nombramiento de Silva)”, dijo Young.
El jefe de la bancada del Partido Socialista Brasileño en el Senado, Rodrigo Rollemberg, afirmó al periódico O Globo que Silva fue escogida y que esa fuerza política le buscará ahora un compañero de fórmula.
Silva, de 56 años, no surgió de los cuadros del Partido Socialista Brasileño y se convirtió en compañera de fórmula de Campos en 2013 después de que ella no recaudara suficientes firmas para registrar su propio partido con vistas a la contienda electoral.
Sin embargo, tiene gran apoyo electoral y obtuvo casi 20 % de los sufragios en los comicios de 2010. Silva, evangélica cristiana, era estrecha colaboradora del activista ambiental Chico Mendez, asesinado en 1998.
La nueva aspirante presidencial y muchos otros políticos viajaron el sábado a Recife, en el noreste de Brasil, de donde era oriundo Campos y donde se realizará el domingo el funeral del fallecido candidato.
Según las encuestas, Campos era tercero en las preferencias electorales después de Rousseff y el opositor Aecio Neves; sin embargo, muchos analistas consideran a Marina Silva una candidata más fuerte que podría cuando menos impedir el triunfo a Roussef en la primera vuelta programada para el 5 de octubre.Silva tiene apoyo principalmente entre los brasileños inconformes con el lento crecimiento de la economía, los altos impuestos y los deficientes sistemas de educación y salud.