Monseñor Carlos Herrera es el obispo más callado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y de los que menos incidencia tiene en los medios de comunicación. Sin embargo, es el primer obispo que a través de diplomados está formando a nuevos líderes juveniles en incidencia política, jurídica y de derechos humanos a nivel de la Iglesia católica, creando en su Diócesis la Escuela Diocesana para la Formación Política y Jurídica para Líderes Juveniles.
Herrera exhorta a los jóvenes a no ser indiferentes ante la realidad política de Nicaragua y asegura que solamente con un cambio de cultura política se puede cambiar la imagen de la nación.
“Vemos mucha indiferencia y poco compromiso en los jóvenes y queremos despertarles esa conciencia”, dijo el obispo.
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Según el obispo, uno de los objetivos es que esta iniciativa se extienda a nivel nacional y por eso también trabajan en la elaboración de un documento formativo.
“El reto es que los jóvenes pierdan el miedo, porque la indiferencia también lleva a la muerte cuando buscando soluciones a sus problemas recurren a la droga, no estudian y se mezclan otros ambientes que no son democráticos y que muchas veces son seducidos por el poder”, asegura.
Herrera estima que el actual sistema político “no está contribuyendo” a la formación de valores en la juventud “porque miramos que la educación a los jóvenes y adolescentes está limitada y motivada a líneas políticas y partidarias. Eso no es correcto”, dice.
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