Hablemos de negocios
Dagoberto Arias*
Un proceso efectivo de vigilancia del riesgo le ayuda a la Junta Directiva de la empresa a determinar que la organización tenga en funcionamiento un sistema para identificar, evaluar, priorizar, administrar, y adaptarse a los riesgos críticos. Este proceso comienza con una demarcación clara de los roles y responsabilidades de la junta, que incluye asegurar que la administración defina la infraestructura del Gobierno del riesgo, las posiciones de riesgo como una prioridad para la organización, e inicie las comunicaciones y las actividades de la administración del riesgo.
El Gobierno del riesgo incluye asegurar que los comités apropiados estén participando en la vigilancia de los procesos del riesgo bajo su jurisdicción, que la vigilancia de los riesgos críticos sea asignada a esos comités según sea apropiado, y que toda la junta se comprometa en un diálogo robusto acerca de los riesgos críticos.
Los miembros de la junta son responsables por vigilar y monitorear continuamente el proceso general de administración del riesgo. Como parte de este rol, la junta:
Vigila los procesos de la organización para identificar, reportar y administrar los riesgos.
Se mantiene al día sobre las vulnerabilidades de la compañía, su cultura de riesgo, su apetito por el riesgo y sus tolerancias frente al riesgo.
Logra una visión integrada del proceso que tiene la organización para la administración del riesgo, así como de las actividades para las discusiones con el equipo ejecutivo.
Mantiene los reglamentos del comité que esbocen los roles y las responsabilidades.
Las juntas individuales, por supuesto, necesitarán estar compuestas por miembros que posean las habilidades y experiencia apropiadas con el fin de llevar a cabo esas responsabilidades.
Hechos ocurridos en la última década cómo el colapso de compañías de alto perfil, la volatilidad económica y el crecimiento de regulaciones; han colocado a las juntas directivas bajo un gran escrutinio de parte de reguladores, accionistas, medios de comunicación y analistas. Esto ha conducido a aumentar las expectativas por un gobierno corporativo mejorado y por una mejor administración del riesgo.
*Socio director de Deloitte
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