SEÚL/AP
El papa Francisco está concluyendo su primera vista a Asia con una misa por la paz y reconciliación en la catedral de Seúl, a la que asistió la presidenta surcoreana y un puñado de desertores norcoreanos.
Los organizadores del viaje papal habían invitado a una delegación de Corea del Norte para que asistiera a la misa del lunes, pero las autoridades de Pyongyang la rechazaron.
Organizadores señalaron que habría una representación norcoreana en las personas de desertores y aproximadamente 30 sacerdotes y monjas que recibieron su capacitación religiosa en el norte de la península pero se mudaron al sur antes de la guerra.
Durante la misa, el arzobispo de Seúl iba a entregar al pontífice una corona hecha con alambre de púas tomado de la zona desmilitarizada. “Que ellos puedan ser uno”, dice la inscripción.