San Salvador/ACAN-EFE
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, aseguró hoy lunes que su país está “lejos” de convertirse en un Estado fallido a consecuencia de la violencia, como lo reiteró este domingo la iglesia católica.
“A mi juicio estamos lejos de llegar a un Estado fallido”, dijo el mandatario salvadoreño a periodistas tras participar en un evento oficial, aunque reconoció que se tiene “que seguir construyendo un Estado fuerte”.
Argumentó que un “Estado fuerte no es el que reprime, no es el que militariza la ciudad, no es el que llena de militares (…), llena de la Policía el país, sino efectivamente aquellas instituciones que cumplen con su rol constitucional”.
La Policía Nacional Civil y el Ejército “están cumpliendo su rol constitucional en garantizar la seguridad y la tranquilidad de la ciudadanía y además en trabajar para garantizar la soberanía y defensa del territorio nacional”, agregó. “Es decir, son instituciones que no están cruzadas de brazos, están actuando, están planteando nuevas iniciativas y esas iniciativas van a ir dando respuesta en el corto plazo”, enfatizó.
Sánchez Cerén se refirió de nuevo a este asunto al ser consultado por las declaraciones de este domingo del arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, quien reiteró que la violencia amenaza con hundir al país en un Estado fallido.
Escobar dijo el 6 de agosto que la “autodestrucción” por la violencia amenaza con convertir a El Salvador en un “Estado fallido”, y este domingo reafirmó esa posición, que han vuelto a rechazar Sánchez Cerén y otras autoridades gubernamentales.
La violencia en El Salvador “es grave, muy grave; por supuesto que ratifico lo que he dicho”, dijo este domingo en conferencia de prensa el prelado.
El ministro de Justicia y Seguridad, Benito Lara, también volvió a rechazar que el país esté o vaya a caer en un Estado fallido. “Un Estado fallido es caos total, anarquía total, y ese no es el caso nuestro”, dijo hoy Lara a periodistas.
Sin embargo, reconoció que la violencia que afecta al país es “seria y compleja, no es fácil”, pero se está “abordando de una manera integral”, destacó.
Tanto Sánchez Cerén como Lara ya habían rechazado, por separado, el primer señalamiento que hizo Escobar sobre un posible Estado fallido en El Salvador.
El Salvador registra actualmente un promedio diario de entre 11 y 12 homicidios, después de que bajara de 14 a alrededor de cinco a partir de marzo de 2012, cuando comenzó una “tregua” entre pandillas que finalmente fracasó a inicios de este año, de acuerdo con las autoridades.
