14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

LA PRENSA/DOUGLAS LÓPEZ

Entre los títeres y la actuación

“Las mujeres tienen mucha fuerza y pueden encontrar su voz femenina”, expresa la joven Zoa Tamara Cuellar Meza (1987), la primera mujer en Nicaragua especializada en teatrología, (crítica literaria e investigación del teatro con rigor académico).

“Las mujeres tienen mucha fuerza y pueden encontrar su voz femenina”, expresa la joven Zoa Tamara Cuellar Meza (1987), la primera mujer en Nicaragua especializada en teatrología, (crítica literaria e investigación del teatro con rigor académico).

Tamara estudió esta ciencia que promueve el estudio del teatro en el Instituto Superior de Arte (ISA), de la Habana, Cuba.

Su tesis de graduación fue sobre la teatralidad, devenir escénico, y orígenes de El Güegüense, próxima a publicar.

“En Nicaragua soy la primera teatróloga”, expresa con orgullo Tamara Cuellar, como se hace llamar artísticamente.

Parte de sus estudios académicos consistió en ir a los festivales de teatro y escribir críticas publicadas en boletines culturales.

De sus maestros recuerda al cubano Heberto García Abreu, dramaturgo, teatrólogo, y crítico del Festival de Cádiz; a Vivian Martínez Tavares, quien trabaja en el teatro de La Casa de las Américas, y al decano Osvaldo Cano, entre otros.

CAJA DE RECUERDOS

Tenía seis años y quería hacer de todo, música, teatro, escribir, y dibujar. Primero entró a estudiar ballet con una profesora cubana. De esta caja de recuerdos, dice Tamara, todavía tiene varios cuadernitos con “sus cuentos infantiles ilustrados con sus garabatos”.

Uno de esos cuentos narra la historia de un Águila rey, que visita a su amigo un Águila indio, que tiene tres lunas. Y la historia era contada con imágenes en papel recortado.

Su otro cuento, es el de un carro que llega a un bosque en una isla virgen. Los animales no saben de su procedencia y se interrogan su origen y tratan de explicar de diversas formas. Por lo que resulta una pequeña historia sin fin.

Estos eran sus años de oro y despertar al mundo. Entonces le animaban a leer, escribir, y danzar el boliviano Gonzalo Cuellar y la nicaragüense Zoa Meza, sus padres.

[doap_box title=”Tome nota” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Antígona en versión libre se presentará en el Teatro Justo Rufino Garay, 12 de septiembre a las 7: 00 p.m., Tamara Cuéllar dirigirá y actuará. Le acompañara en su montaje David Rocha.

[/doap_box][doap_box title=”Sus propias obras teatrales” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

¿Cuál es tu primera obra en escena? “La república del caballo muerto, fue una experiencia bellísima, con la escuela de teatro de títeres de Guachipilín, y con la Camila Wilford hicimos la obra”. Fue puesta en escena en la Avenida Universitaria y otros sitios, recuerda.

Pero su primera obra como actriz infantil fue con El gato con botas en el Teatro Nacional Rubén Darío.

“Las experiencias más lindas han sido con el proyecto de Guachipilín, porque desde pequeña he estado viajando por todo el país con el grupo”, dice con agrado y nostalgia por los grandes momentos de alegría vividos.

Ahora este proyecto de Guachipilín tiene otra área que es investigar sobre el teatro y crear un centro de investigaciones teatrales y escénicas.

[/doap_box]

“Tengo una fuerte influencia de mi padre que me cantaba poemas de Federico García Lorca, y de mi madre, quien me leía cuentos para niños”, confiesa, mientras sonríe.

“En mi adolescencia me gustó mucho leer los cuentos de Albert Camus, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche y sus libros como Ecce Homo, que me encantó mucho; El diario de Ana Frank, tenía 13 años, justo la misma edad que la autora.

A los 14 años participó en el II Encuentro de Jóvenes Poetas, y gana el primer premio, evento convocado por la Biblioteca del Banco Central Jaime Incer Barquero.

Tamara nace en 1987 en Managua, a los tres años viaja a Bolivia para encontrarse con sus abuelos, su cultura quechua, su comida y mitos.

“Mi vida de titiritera ha sido de ir y venir, de estar en festivales con mis padres. El mismo hecho que mi padre es boliviano, y mi madre nicaragüense, ambos me hacen verme bolinica”, dice orgullosa.

CON CÉSAR PAZ

Sobre su escritura, dice las escribe no para publicarlas en libros, sino para usarlas en el montaje de sus obras de teatro, performances y obras unipersonales.

“Me miro más metida en las artes escénicas mostrando las historias, y no como escritora de libros”, aclara.

Durante sus estudios en la secundaria en el Liceo Francés, recibió clases de teatro actoral con César Paz.

Al respecto este maestro la recuerda como una muchachita menuda, muy silenciosa pero observativa, actitudes que le ayudaron a perfilarse en su carrera de crítica.

“Creo que escogió muy bien estudiar teatrología, porque tiene que ver mucho con el análisis y los procesos del pensamiento y razón”, precisa Paz al valorarla.

“Me gusta estar cerca de ella, porque sabe mucho de teatro, y porque comparte sus conocimientos y experiencias”, dice por su lado el teatrista Roberto Lechado, quien tuvo la oportunidad de actuar con ella en la obra Mundo de papel, con títeres no convencionales.

Posteriormente Tamara los dirigió en el espectáculo de cuentos épicos, El hecho se hizo palabra, presentados en el proyecto de Viernes de puro cuento que promovió la Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud de Nicaragua (Nicassitej).

EN CUBA

Tamara viaja a Cuba en 2008, junto con el actor David Rocha, para estudiar teatrología en el Instituto Superior de Arte (ISA), de la Habana, fue entonces que deciden fundar el grupo Extrateatro como una propuesta interdisciplinaria.

Ambos se habían graduado en Nicaragua en la Escuela de Títeres, con la obra El nica más pícaro. Le acompañaron en escena Kenia Martínez y Nabuconodor Ganimedes. Su historia se basa en la recreación de los cuentos orales del Tío Conejo.

Esta comedia la pusieron en escena en el Festival Mundial de Juventudes Romerías de Mayo, se suma al grupo de Extrateatro el diseñador escénico y escritor Rafael Triana.

Se preparan y presentan su primera obra metafórica que llaman Sin título, un drama con personajes atemporales y del absurdo; uno de ellos publicaba sus escritos en panes viejos. Ganó mención de honor.

Al retorno al país presentaron una muestra de los performances como El cuarto mono sabio, Lo que usted no vio, No pisar el césped.

“Este es nuestro producto artístico y estético que defendemos de lo comercial”, dice Tamara buscando distancia del consumo repetitivo y mala calidad escénica.

En la actualidad trabaja con el grupo Extrateatro, en nuevos proyectos interdisciplinarios, de investigación teórica y crítica teatral.

Su nueva obra de teatro es sobre la Malinche escrita por ella, es un montaje unipersonal y contará con el apoyo de David Rocha y Rafael Triana. La espera presentar al final de año.

Cultura actuación títeres archivo

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. manuel leiva
    Hace 10 años

    Excelente actriz y titiritera, siempre dispuesta a compartir con los demás, con los pies en la tierra, el cuerpo en las tablas y el corazón entre guiones.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí