Roy Moncada
Después de la crítica hacia el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) por aventurarse a colocar bordillos de concreto en 1,500 metros de la Cuesta El Plomo y retirarlos luego por los riesgos de aumentar los accidentes de tránsito, el ministro de esta cartera estatal, Pablo Fernando Martínez, explicó que se realizó un estudio previo para tal obra, pero que falló al no considerar la situación sísmica del país.
Los bordillos fueron colocados para la nueva acera que fue construida entre la primera y segunda entrada a Las Colinas, entrando a Managua.
Los trabajos del cuarto carril de la vía a Masaya ya están concluidos. Econs-3, empresa encargada del proyecto, solo finaliza las aceras y los sistemas menores de drenajes en la zona.
El MTI inició las ampliaciones de la transitada Carretera a Masaya en enero del 2013.
La primera abarcó desde la rotonda Centroamérica hasta la Jean Paul Genie. La segunda etapa fue construir un carril entre la Jean Paul Genie y la primera entrada a Las Colinas.
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Lo que pasó, aseguró el funcionario, es que en la práctica “resultó no ser funcional, pese a que los estudios apuntaban a que sí y era necesario para disminuir los accidentes de tránsito en el sitio”.
En junio pasado una empresa contratada por el MTI empezó a separar las vías al construir bordillos por toda la Cuesta El Plomo, pero en menos de un mes la misma empresa los retiraba sin brindar explicación pública.
“Cuando se dio el temblor se tuvo que desviar el tráfico a los carriles externos y si hubiéramos tenido todo el bordillo no podemos desviar el tráfico, se nos arma un embotellamiento muy serio”, analizó Martínez dos meses después de ejecutar la obra.
PETICIÓN FUE DE LA POLICÍA
El ministro reveló que se ejecutó el proyecto porque se lo solicitó la Policía Nacional, al ser un punto rojo para la accidentalidad, siendo la invasión de carriles una de las razones recurrentes.
La Cuesta El Plomo tiene una demanda de los vehículos pesados y livianos que viajan hacia el Occidente de Nicaragua.
Muchos de estos bajan la pendiente a velocidades excesivas, exponiéndose a invadir el carril porque la vía es sinuosa.
“Resulta que los estudios se hacen y la realidad luego te dice que es mejor buscar otro tipo de soluciones”, argumentó Martínez, quien dijo que la obra, aplazada por ocasionar peligros, tuvo un costo aproximado de doscientos mil córdobas.
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