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Guillermo E. Miranda

Asociarse es un derecho humano

La publicación en el Diario LA PRENSA sobre futuras aprobaciones de personerías jurídicas a nuevos partidos, ha sacudido el mundillo político nacional. El primero en respingar fue uno de los vicepresidentes del PLI. Al respecto también se manifestó el politólogo José Pallais, quien entre otras cosas consideró oportuna dicha apertura ya que le quitaba el monopolio de la oposición a los partidos actuales. La pregunta del millón es: ¿por qué lo está permitiendo el Gobierno? Para los que sienten amenazados sus pactos o componendas, no me cabe duda que tratarán de descalificar a los nuevos partidos y sus partidarios, otros se apegarán a aquella frase que aunque muy corta dice mucho: Pago por ver. Estos, que son la gran mayoría, estarán a la expectativa de la actuación de los noveles partidos esperando que el desempeño de sus líderes nos defina el propósito de su creación.

Si alguien me preguntara si considero que el Gobierno con esta apertura comienza a enmendar sus errores y empieza a respetar nuestros derechos, mi repuesta es un rotundo no. Pero sí creo que para paliar desde ya males futuros, se ha visto en la necesidad de permitirnos a los demócratas, opciones que sus actuales contertulios no llenan con sus míseros cuatro y tres por ciento de aceptación respectivamente. En otras palabras, el Gobierno está comprando tiempo con la peregrina idea de dividir el voto demócrata ante una eventual elección y legitimar así un triunfo electoral. ¿Que si con esta apertura infiltrarán más de un partido político para dividir? no me cabe la menor duda que lo harán. Pero como dijo el Rey de Reyes, por sus frutos los conoceréis.

Otra consideración que quisiera compartir, es la confusión que los actuales “lideres liberales” han fomentado alrededor de dicha ideología. Estos hasta hoy la han tenido secuestrada usufructuándola en su beneficio; aunque esos liderazgos, en realidad, fueron conseguidos gracias al engaño a un pueblo que les confió su voto para que desde el ejecutivo o legislativo fomentaran la democracia, afianzaran la necesaria institucionalidad y administraran con probidad la cosa pública. A ese pueblo lo engañaron miserablemente, por ello, sus respectivos “líderes” se disputan el no muy honroso honor de ser el político más descalificado y cuestionado, algo en que las encuestas de los últimos años coinciden sin importar la empresa que las realice.

Quiero concluir afirmando que el derecho de asociación es un derecho inalienable y, sin importar la razón por la que el Gobierno la permita, es una opción a que tienen derecho quienes no se sienten ni identificados ni representados por los actuales partidos políticos de “oposición”. Solo espero, que ese derecho que hoy reconozco y defiendo, sea bien utilizado, pues los retos futuros son muchos y complejos.

Soy un convencido de que antes de explorar otras formas de cambiar este Gobierno, debemos agotar hasta la última posibilidad que los instrumentos que la democracia nos permiten. Aunque esto de ninguna manera quiere decir, ir a unas elecciones que de antemano sepamos que no elegirán o que tengamos la certeza en que sus resultados serán manipulados a como lo han sido las últimas cuatro. Asistir en esas condiciones sería una traición a la causa de la democracia que esta vez no perdonaríamos. El autor fue comandante de la Resistencia Nicaragüense

Opinión asociación Derechos archivo

COMENTARIOS

  1. El novidente
    Hace 10 años

    Y este señor no era el súper asesor de la BDN, ahora tanto que critica al partido que por años, sin hacer nada, lo mantuvo como GASPARÍN en la Asamblea Nacional; entonces en qué consistían sus ASESORÍAS ??? Por la eternidad el diablo será mal agradecido.

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