Un Narciso Rodríguez más minimalista y sexy que nunca y un Óscar de la Renta infalible y grave, aun en su ligereza primaveral, protagonizaron el tradicional “derby” entre el príncipe y el rey de la moda de nombre latino en la Semana de la Moda de Nueva York, donde decepcionó el giro de Marc by Marc Jacobs.
Rodríguez, siempre arquitectónico y minimalista, desnudó sus estructuras y consiguió sin recurrir en ningún momento al vestido de gala ni a una paleta de colores amplia, lo que muchos buscan desesperadamente con mil y un efectismo.
PALETA Y TEXTURA
Un blanco y un negro le bastan al diseñador cubano para encontrar una infinidad de combinaciones. Todo limpio y lineal y, esta vez, estructuralmente más sencillo.
El neopreno se mezcla con la seda, con el crepé. Las faldas frescas y elegantísimas parecen ser la consecuencia natural de un traje de baño con cruzado clásico en la espalda. Y los escotes amplios son la antítesis de la vulgaridad.
Aparece algún rosa, algún berenjena o algún bronce, pero solo de manera anecdótica. El favorito de Michelle Obama volvió a deslumbrar, esta vez apostando más que nunca por lo esencial. Por una mujer extremadamente delgada y con escaso busto sobre la que la ropa cae de manera grácil. Por el poder de unas solapas asimétricas que juegan con los dos extremos de la paleta.
Óscar de la Renta, por su parte, mostró su calidad de infalible. Lujosa pedrería, estampados plateados… todo empezó con tejidos transparentes llenos de brocados florales, explorando todo tipo de cortes, aunque con un estilo predominante de los años cincuenta.