Suecia se prepara para un giro político en las elecciones legislativas de este domingo, en las que se espera la victoria de los socialdemócratas y un buen resultado de la ultraderecha que podría complicar la ecuación.
Después de ocho años de poder de una coalición de centro-derecha, dirigida por Fredrik Reinfeldt, se espera que el nuevo ejecutivo esté encabezado por Stefan Löfven, exdirigente de un sindicato metalúrgico de 57 años, que nunca ha sido diputado ni ministro.
El dirigente socialdemócrata ha prometido durante la campaña trabajar para reducir la creciente brecha entre ricos y pobres y reforzar el generoso Estado providencia sueco, al cabo de dos mandatos marcados por las reducciones de impuestos y las privatizaciones.
Según el último sondeo del instituto Demoskop, publicado el viernes, el partido socialdemócrata de Löfven ganará con el 29,2% de los votos. El partido de los Moderados (conservador y liberal), de Reinfeldt, quedará previsiblemente segundo, con entre el 20 y el 25% de los votos.
El primer ministro saliente, en el poder desde 2006, supo gestionar hábilmente los efectos de la crisis económica mundial e imponer sin brusquedad la política favorable a las empresas y la disciplina fiscal que prometió.
Reinfeldt, de 49 años, acusa el hartazgo de buena parte del electorado por sus políticas de rigor. Los jóvenes, que han emigrado por decenas de miles a la vecina Noruega para evitar el desempleo, son los más deseosos de un cambio.
Y es que la coalición saliente, formada por cuatro partidos, “ha cometido tal vez un error diciendo que teníamos que ahorrar. En una economía que mantiene un desempleo relativamente alto (7,4% en agosto), esto carece de sentido para mucha gente”, estima Lars Magnusson, profesor de política económica en la Universidad de Uppsala.
Una coalición difícil
En caso de victoria, la formación de una coalición de poder se anuncia complicada para Löfven, ya que los sondeos prevén un Parlamento muy fragmentado, en el que su gobierno podría estar en minoría.
Löfven y su partido socialdemócrata pueden coaligarse con los Verdes y el Partido de Izquierda, pero entre estas tres formaciones hay muchas divergencias en cuestiones como la energía, la defensa, el papel del sector privado en la sanidad, la educación, o la urgencia de deshacer las reformas liberalizadoras del gobierno saliente.
“La estrategia en favor del empleo debe contar con varios ingredientes. Hay que invertir en los ferrocarriles y en vivienda. Eso dará trabajo aquí y ahora y reforzará a Suecia”, dijo Löfven el viernes por la noche en el último debate electoral en la televisión pública.
La otra preocupación de la izquierda es el reforzamiento de los Demócratas de Suecia (ultraderecha), que entraron en el Parlamento en 2010 con el 5.7% de los votos y podrían ahora duplicar ese resultado.
Los ultraderechistas apoyaron en numerosas ocasiones en el Parlamento a la coalición conservadora saliente, pero con la izquierda serán menos conciliadores.
Según Mikael Sundström, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Lund, “nadie quiere cooperar con ellos”, pero es un partido que seduce a muchos electores hostiles a la inmigración.
Las legislativas suecas se celebran a una sola vuelta. Basta superar el 4% de los votos para tener representación en el Parlamento.
Los colegios electorales cerrarán a las ocho de la tarde hora local (18H00 GMT) el domingo.