El rescate de 55 menores por las autoridades en unos mesones de la capital ha dejado al desnudo el negocio del crimen organizado con la mendicidad en Guatemala y la explotación laboral de niños.
El grupo, con menores de entre 3 y 17 años de edad, era obligado a trabajar hasta 16 horas diarias y luego era recluido en hacinamiento en mesones del sur de Ciudad de Guatemala, donde dormían entre cartones o periódicos y en medio de heces fecales.
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En la capital guatemalteca es común ver, sobre todo en las esquinas y semáforos, a niños limpiando vidrios de automóviles, ofreciendo dulces, flores y pidiendo limosna.
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Los niños y adolescentes también convivían en el lugar con otras personas que llegaban drogadas o en estado de ebriedad, con lo que eran expuestos a más riesgos por dos adultos que los explotaban, según la Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (SVET) de la Vicepresidencia.
Durante el operativo fueron capturados Rudy Doroteo Lajpop Ambrosio y Pablo Rolando Marroquín, quienes supuestamente recibían el dinero que recolectaban los niños durante largas jornadas de mendicidad en las calles y avenidas de la capital.
La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, dijo que la red que explotaba a los menores tenía años de operar y mantiene una investigación para dar con su paradero.
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