Reino Unido/AFP
El primer ministro británico, David Cameron, dijo el lunes que si los escoceses eligen la independencia en el referéndum del jueves la decisión no tendrá marcha atrás y daría lugar a una ruptura dolorosa.
“La independencia no sería un ensayo de separación, sería un divorcio doloroso”, aseguró Cameron en Aberdeen, la capital de la industria petrolera escocesa, cuando faltan tres días para el referéndum de secesión.
“Sé que la gente que lidera la campaña por el 'sí' pintan una Escocia mejor en todo, y puede que sean muy buenos dibujando esa estampa. Pero cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad, es porque generalmente no lo es”.
“Mi deber es ser muy claro sobre las consecuencias de una victoria del 'sí'”, dijo, antes de enumerarlas.
La independencia, explicó, “significaría que dejamos de compartir la misma moneda”, significaría que “se rompen las fuerzas armadas que tantos siglos compartimos”, o que “no se podrán cruzar tan fácilmente las fronteras”.
Significaría, agregó, que “el apoyo que tenéis ahora de las embajadas británicas cuando viajáis se acabaría”, o que “si los bancos escoceses atravesasen problemas, serían los contribuyentes escoceses, y sólo ellos, los que cargarían con los costes”.