Josué Bravo
Los medios de prensa costarricenses destacaron el protagonismo logrado por el embajador de Nicaragua, Harold Rivas, en el acto de celebración de Independencia, al emitir un discurso de unidad centroamericana, pese a las diferencias de nuestro país con Costa Rica, pero en realidad a él le correspondió esa responsabilidad por ser el decano de los embajadores al haber sido acreditado desde 2007, cuando Daniel Ortega asumió su segundo mandato.
Así lo justificó el presidente costarricense Luis Guillermo Solís, al explicar el interés de su gobierno de enmarcar la celebración patria como un acto conjunto de lo países de la región. “(Que) el embajador con mayor señoridad hable en nombre de las regiones o de los países del bloque”, justificó Solís.
Rivas, luego de su discurso, auguró que con el tiempo se normalizarán las relaciones bilaterales entre ambos países, las cuales siguen congeladas a nivel de presidentes debido a disputas fronterizas que han provocado tres demandas en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
“Creo que con el tiempo se van a normalizar”, dijo Rivas luego del acto de celebración de 193 años de la Independencia de Costa Rica, celebración gubernamental que por primera vez dio protagonismo a representantes diplomáticos de Centroamérica.
Rivas considera que el gobierno de Solís ha dado señales de mejorar las relaciones diplomáticas, crispadas desde el inicio de los conflictos fronterizos por disputa de territorios, en el año 2010.
Esa muestra es que Costa Rica, al igual que Nicaragua, ha decidido respetar las decisiones de La Haya cuando dicte sus fallos en el litigio por el humedal fronterizo de Harbour Head, la carretera fronteriza que supuestamente contamina el San Juan y la delimitación marítima que Costa Rica pidió este año.
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