Leonor Álvarez
El diputado opositor del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Víctor Hugo Tinoco, duda que los diputados del partido gobernante Frente Sandinista (FSLN) cambien por su propia cuenta el Reglamento de la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres (Ley 779), como lo están pidiendo los obispos de la Iglesia católica.
“Los diputados del Gobierno si tuvieran un mínimo de independencia y no estuvieran tan subordinados y tan sumisos cambiarían por si solos el reglamento si realmente respetaran a las iglesias”, indicó el diputado Tinoco.
El diputado Víctor Hugo Tinoco manifestó que el reglamento fue creado fuera del tiempo de ley, modifica el objeto de la Ley 779 y la tipificación penal, que solo puede reformarse mediante la aprobación de la Asamblea Nacional.
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Sin embargo, Tinoco considera que solo el ejecutivo puede enmendar lo que hizo, porque además los diputados no van a hacer nada sin una orden del presidente inconstitucional Daniel Ortega.
El miércoles 10 de septiembre el obispo de la Diócesis de León, Bosco Vivas Robelo, llegó por la tarde a la Asamblea Nacional en su calidad de encargado de la Pastoral Familiar, para reunirse con el jefe de la bancada del FSLN, Edwin Castro.
Monseñor Vivas expresó al salir de la reunión que “hay interpretaciones” que se deben “aclarar en algunas afirmaciones de las leyes”, en alusión al Reglamento de la Ley 779. Este reglamento provocó la inconformidad de parte de los obispos, debido a que integra a los “religiosos” y a las “pastorales familiares” como “auxiliares” de la Policía Nacional y del Ministerio Público.
También el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), René Sándigo, expresó el pasado 3 de septiembre que “no hay claridad” en la Ley cuando se habla de que la Policía y el juez “deberán auxiliarse” de las instituciones religiosas, en las que la Iglesia católica se siente implicada.
Por su parte, el diputado Edwin Castro aceptó que las preocupaciones de la Iglesia son “legítimas” y declaró que están “abiertos” a nuevos encuentros como una “cuestión de amigos”; sin embargo, hasta ahora no se ha hablado de hacer las modificaciones.
Tinoco opina que en ese reglamento Ortega “pretendió manipular” a las iglesias católica y evangélica, “poniéndolas en una instancia de consejería paraestatal y parapartidaria donde están los CPC (Consejos del Poder Ciudadano, órganos partidarios)”.
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