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Sergio Ramírez Mercado

El primer libro sobre cine en Nicaragua

Karly Gaitán Morales es una muchacha de talento audaz, metódica y enérgica, que ha convertido al cine en una pasión propia. Pero no cualquier clase de cine, sino el cine nicaragüense, nuestro cine. Esto podrá parecer a muchos un acto de imaginación, que en Nicaragua tengamos un cine nacional del que ocuparse, y encima, hacerlo en un libro que suma más de 450 páginas. Pero ahí está el libro de Karly, A la conquista de un sueño. Historia del cine en Nicaragua, terminado, presentado exitosamente con numeroso público el miércoles pasado en la Alianza Francesa, fruto de una investigación perseverante de diez años, de la que yo he sido testigo.

¿Pero qué debemos entender por cine nicaragüense? Lo que entiende Karly, todo lo que la cinematografía, desde los albores de su llegada a nuestro país, ha tenido que ver con la cultura nacional, y las maneras en que ha influido en esa cultura para modificarla y darle sus propias luces. No es que nosotros hayamos inventado el cine, pero hemos tenido que ver de una manera intensa con él: desde los primeros aparatos de proyección primitivos que fueron traídos del extranjero, a las funciones ambulantes de uno a otro pueblo cuando una proyección no se distinguía del espectáculo del circo, a las primeras salas de cine mudo, a las primeras tomas que se filmaron en Nicaragua mostrando nuestros paisajes y escenas de la vida cotidiana, las primeras películas dramatizadas, la llegada de las películas sonoras, después el tecnicolor y el cinemascope, los matinés, las carteleras de las salas capitalinas de nombres tan nostálgicos ahora: Luciérnaga, Alameda, Trébol, Tropical, los primeros intentos de crítica cinematográfica en los periódicos; los largometrajes filmados aquí en los años cincuenta, Rapto al Sol y La llamada de la muerte , los noticieros de propaganda del viejo Somoza, realizados por Leo Aníbal Rubens, que son ya parte de nuestra historia, en fin, todo lo que significó el nacimiento de Incine en los años ochenta, la primera que se pensó en que era posible crear de la nada todo un cine nacional.

Karly cuenta en su libro una historia común, y allí nos daremos cuenta de la primera película mexicana muda que se filmó en Nicaragua, Las mulas de Pancho Frixione, con argumento nacional y actores nacionales, de quienes fueron los primeros empresarios que se atrevieron a abrir salas de cine, de cómo los marines que invadieron Nicaragua en la lucha contra Sandino filmaban sus propios documentales sobre el país, copias que aún se conservan, de los primeros grandes cines capitalinos con aire acondicionado, Margot, el González, el Salazar (después Alcázar) ahora convertidos en templos evangélicos, o dejados en ruinas por el terremoto de diciembre de 1972, refugio de indigentes sin techo, como el Alcázar, sobre el que Florence Jaugey y Frank Pineda hicieron un cortometraje que es una joya, premiado con el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín.

Una historia común, que va a dar a cada uno, con su historia personal sobre el cine, historia que comienza siempre en la infancia pueblerina cuando llegaba a Masatepe la Mejoral con su cine ambulante y proyectaba las películas en las paredes de las casas, o en sábanas, y había corrales convertidos en cine a la luz de la luna, o en las cabeceras departamentales salas de elegancia ya perdida, de estilo art-deco, como en León, Masaya y Granada, ahora que ya no existen pues las devoró primero la televisión y luego los vídeos piratas que se venden en canastos o expuestos en las aceras.

Como fruto de la investigación paciente y de la pasión sostenida, Karly Gaitán Morales logra, en verdad, la conquista de un sueño, el de ella y el de muchos que hemos visto en el cine el espejo iluminado de nuestra propia vida. Ahora solo falta que este libro tan fundamental llegue a las manos de todos los sedientos del vasto conocimiento de la cultura. El autor es escritor.

 

Ver en la versión impresa las páginas: 11 A

Opinión Karly Gaitán Morales Nicaragua archivo

COMENTARIOS

  1. David B. Muniz
    Hace 10 años

    A la sugerencia del Sr Eliseo muy acertada, generalmente el Min de Educ. Publica se encarga de esto, adquiriendo libros de autores nacionales para favorecerlos economicamente en esta forma y alimentar las bibliotecas nacionales con los libros comprados. Confiemos que no hayan dejado de cumnplir con esta obligacion. David B. Muniz

  2. Hace 10 años

    Son Importante los libros que enriquecen la cultura nacional para mejorar nuestra sociedad como un todo.

  3. Eliseo
    Hace 10 años

    Sugerencia: ver que se hace para que el libro les llegue a las bibliotecas pùblicas de Nicaragua y poderlo leer, ya que no todos van a poder comprarlo.

  4. David B. Muniz
    Hace 10 años

    El primero o quiza uno de los primeros cines mudos de Managua fue el llamado Cine Boer frente al costado oriental del viejo mercado del mismo nombre. Su propietario fue Don Jacobo Nusbaum, un judio-polaco que habia sido levantador de pesos en algun circo que llego a la capital y se desbando. Tenian solo un proyector y mientras se cambiaba el rollo un pianista local aporreaba un piano viejo para distraer al publico, sentados en bancas de madera dura. La pantalla era pequena. Alli vi mi primer pelicula “Hombres con alas” y “Flash Gordon en Marte” por los anos 40s. David Bayardo Muniz

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