Omar González, el hombre que accedió a la Casa Blanca el 19 de septiembre tras saltar la verja de seguridad, tenía ochocientos cartuchos de municiones en su carro, dos hachas y un machete, informó el fiscal federal asistente David Mudd.
Mudd indicó que González había sido arrestado en julio en el suroeste de Virginia por llevar un escopeta de cañón recortado y un mapa de la Casa Blanca. Y en agosto fue interrogado cerca de la residencia presidencial cuando portaba un hacha en su mochila, pero los agentes le dejaron ir al registrar su coche y comprobar que solo llevaba equipos de montaña.
Las revelaciones se conocieron ayer en la comparecencia de González, de 42 años y veterano de guerra, ante el juez John M. Facciola, quien ordenó que González, originario de Texas, permanezca detenido, ya que “su obsesión con la Casa Blanca y su acumulación de gran cantidad de munición en un periodo de tiempo aparentemente corto representaba un peligro para el presidente”.
En el documento judicial, firmado por el agente del Servicio Secreto, David Hochman, y al que tuvo acceso el Washington Post, consta que después de ser detenido González explicó que estaba preocupado porque la “atmósfera se estaba colapsando” y necesitaba informar al presidente.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, informó ayer que se había ordenado aumentar la vigilancia alrededor de la Casa Blanca.
Obama fue preguntado por lo ocurrido y aseguró que el Servicio Secreto hace “un gran trabajo” y expresó “su agradecimiento por todos los sacrificios que hacen en mi nombre y en el de mi familia”.
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