Gobiernos, grandes empresas y representantes de la sociedad civil de 32 países suscribieron ayer la Declaración de Nueva York, en la que se comprometieron a reducir a la mitad la pérdida de bosques en 2020 y a detenerla totalmente en 2030.
La declaración, sellada en el marco de la Cumbre del Clima, promete recuperar más de 350 millones de hectáreas de tierras degradadas, una superficie similar a la India, para impulsar la lucha contra el calentamiento global.
Según los firmantes, el efecto de todas esas medidas podría reducir las emisiones de dióxido de carbono en entre 4,500 y 8,800 millones de toneladas al año para 2030. El efecto, aseguran, sería equivalente en términos de CO2 al de retirar de la circulación todos los vehículos que hay en el mundo.
Varios gobiernos acompañaron además la adopción del documento con el anuncio de compromisos financieros para apoyar sus objetivos. Además, más de veinte multinacionales de la alimentación se comprometieron a hacerse con aceite de palma producido evitando la deforestación.
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