El presidente de México, Enrique Peña Nieto, en su primer discurso ante el pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, confirmó hoy la participación y cooperación de su país en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OPM) de la ONU, lo que definió como un “paso histórico”.
México participará de manera gradual y condicionada “realizando labores de índole humanitaria en beneficio de la población civil” y siempre “atendiendo a un mandato claro del Consejo de Seguridad” y siguiendo “los principios normativos de política exterior” del país, así como su marco jurídico interno.
México no había participado en estas operaciones desde el año 1993, cuando aportó 120 policías para la OPM en El Salvador, y antes había ejercido de observador militar en los Balcanes (1947-1950) y en Cachemira (frontera entre la India y Pakistán) en 1949.
Peña Nieto pidió también cambios en las Naciones Unidas y “una representación geográfica más equitativa” en el Consejo de Seguridad, así como que se limitara el derecho a veto “en caso de violaciones graves del derecho internacional humanitario”.
“Consideramos que debe ampliarse el número de miembros no permanentes del consejo, creando asientos de largo plazo con posibilidad de reelección inmediata”, añadió.
“Se tendrán que romper inercias y cambiar paradigmas”, explicó y pidió a todos los Estados “voluntad para escuchar, dialogar, tolerar e incluso disposición para ceder” a fin de conseguir “una nueva ONU para un nuevo siglo”.
Peña Nieto puso a México como ejemplo de cambio en profundidad y aseguró que el país calló las “voces que aseguraban que no podía haber acuerdo para transformar la nación”.
Pero la transformación, explicó el mandatario, llegó gracias “a la voluntad de toda una nación que se atrevió a cambiar. Actuó con decisión y audacia. Se atrevió a transformarse y ponerse en movimiento”.
“La ONU también puede cambiar”, insistió.