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Danilo Arbilla

“La soberbia lo pierde”

Venezuela tapa todo y si queda algún lugar lo cubre Argentina, a la que ya muchos argentinos llaman Argenzuela.

Entre tropiezos y revolcones económicos, inflación desbocada, conflictivos pagos de la deuda externa, bajas calificaciones, escasez, variados controles y tipos de cambio, entrega de medios de comunicación a amigos y testaferros, inseguridad ciudadana, nepotismo y corrupción y los desbordes verbales, acusaciones al imperialismo, al capital internacional, a la oposición de derecha, burguesa y fascista y la “existencia” de conspiraciones varias y de toda especie denunciadas por sus respectivos presidentes, ambos países ocupan todos los espacios de los medios de información internacionales y nacionales; aunque estos no tanto en Venezuela donde están bastante acotados.

Mientras tanto Rafael Correa, en Ecuador, pasa casi desapercibido. Y no es que no sea tan bolivariano como Maduro y Cristina Kirchner ni menos arrogante, y a la vez tan temeroso como ellos de volver al llano y tener que rendir cuentas.

Pero Correa lo ha hecho mejor. Sin veleidades de liderazgos o paternalismos “off shore” y con menos voluntarismo ha cuidado más la economía de su país y se ha evitado los actuales estrés de sus colegas. Podría afirmarse que incluso ha sido más eficiente que aquellos dos en materia de censura de prensa y manejo de la justicia y del Congreso. Es más, se ha preocupado, por ahora y felizmente sin éxito, de acallar a aquellos organismos que lo investigan por violaciones a las libertades y derechos humanos, y de que figuras internacionales de distintos ámbitos lo respalden, asesoren y le expresen su simpatía. En estos casos, empero, ha tenido algún traspiés: se le han destapado algunos tarros —lo que les pagó— y seguramente con el tiempo se habrán de destapar otros.

Este tipo de cosas indigna a la población ecuatoriana, pero aun más la sublevan los nuevos avances autoritarios de Correa. Esta inquietud ciudadana comenzó a manifestarse en las elecciones municipales de febrero pasado en las que, pese a los controles, censuras y usos de los mecanismos del poder, el oficialismo perdió en las más importantes ciudades, entre ellas la capital, Quito, Guayaquil y Cuenca.

Frente a ello la soberbia y el miedo parecen haber guiado los pasos de Correa quien ha preparado un proyecto de código laboral en que se reglamentan y limitan los derechos gremiales y de huelga, no ha respetado derechos y la autonomía de las comunidades indígenas y ha reducido ingresos a determinados sectores de trabajadores.

Correa, quien decía a voz en cuello que este era su último periodo de gobierno, ahora, además, ha puesto en marcha una enmienda constitucional para la (su) reelección indefinida de autoridades. Y lo plantea en el Congreso, con mayoría oficialista, que no es la vía constitucional, la que prevé para estos casos la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Parecería que ya no está tan seguro de su popularidad y que efectivamente le preocupa dejar el poder.

Y tiene razón, porque esos avances han tenido como respuesta manifestaciones populares contra el gobierno en unas diez ciudades ecuatorianas. Las marchas, concretadas el pasado miércoles 17, fueron convocadas por sindicatos, comunidades indígenas y organizaciones estudiantiles, y no pudieron ser contrarrestada por algunas menguadas contramarchas de militantes y grupos de choque del oficialismo, por lo que en algunos lugares se recurrió a represión policial, que en casos utilizó gases lacrimógenos.

Emilio Palacio, periodista ecuatoriano de El Universo, perseguido por Correa y quien se encuentra hoy asilado en EE. UU., tras señalar la ilegitimidad del mecanismo buscado para la “reelección permanente” resaltó la magnitud de estas manifestaciones y el hecho de estar conformadas por fuerzas populares, —trabajadores, indígenas, estudiantes—, que eran el fuerte del respaldo popular y electoral de Correa. “La situación está cambiando y eso comenzó ya en las elecciones municipales de febrero”. Correa creía que iba a ganar, no controló y después no pudo recurrir al fraude, señalo Palacio.

Igual pasa con estas manifestaciones, cree que la gente acepta sus medidas autoritarias o que sus militantes —algo decepcionados “por lo que le paga a los simpatizantes internacionales”—, pueden neutralizar las protestas y el descontento popular.

Es lo que ocurre con el poder, los confunde y “la soberbia los pierde”, concluyó el colega en el exilio. El autor es periodista uruguayo, fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa.

Ver en la versión impresa las páginas: 11 A

Opinión argentina Venezuela archivo

COMENTARIOS

  1. German Mendoza
    Hace 10 años

    Distinguido:Siempre adelante,realmente se tiene una mentalidad cerrada,cuando uds,creen que todo lo que gravita alrededor del planeta es solamente la bandera de raya con 50 estrellas.Su concepto de democracia es el poder de unos pocos,para unos pocos.
    Le reitero mis SALUDOS….

  2. Hace 10 años

    Excelente Don Danilo,tiene un agudo modo de ver las cosas pero exactas,y eso parece es lo que molesta a los lacayos comunistas siempre listos a defender a sus patrones del alba y cuba,para eso les pagan,los unicos que trabajamos de gratis somo los que de verdad queremos a nuestra patria verla libre de malandros

  3. Siempre Adelante
    Hace 10 años

    Sr. Mendoza, es todo lo contrario… todo lo que no va de acuerdo con uds. los ideólogos es visceral (según sus propias palabras). Ya sabemos que con uds. (los ideólogos) no se puede conversar porque tienen en su mente cerrada solamente lo que uds. quieren y lo que uds. quieren oir: la democracia a su manera, la economía a su manera, la sociedad a su manera, etc. Salgan de la caja y piensen libremente. SALUDOS…

  4. German Mendoza
    Hace 10 años

    Todo aquel gobernante que critica las arrogantes politicas imperiales del tio sam,es objeto de ataques viscerales por parte de los asalariados de los yanquis diseminados como virus alrededor del mundo,tal es es el caso de este señor ardilla,que nada mas y nada menos fue presidente de la SIP,desde ahi se sacan las concclusiones de sus articulos venenosos en contra de los descendientes de Bolivar,Sandino y Marti.

    1. Ivan
      Hace 10 años

      Como te han condicionado la mente, eso quiere decir que vos defiendes a los otros, por lo mismo.

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