Julia Pierson, la jefa del Servicio Secreto, cuerpo de élite encargada de proteger al presidente y su familia, renunció ayer envuelta en una controversia sobre la infalibilidad de la seguridad de Barack Obama.
El secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, aceptó la renuncia y nombró como interino a un director, Joseph Clancy, un miembro del Servicio Secreto retirado en 2011, hasta designar a un nuevo jefe.
Pierson reconoció el martes que el Servicio Secreto había cometido fallas “inaceptables” en su labor de protección del presidente y su familia y debió afrontar duras críticas de legisladores por la serie de incidentes que ha involucrado al cuerpo.
La renuncia se produce después de que Omar González, de 42 años y excombatiente de Irak, ingresara el 19 de septiembre en la Casa Blanca. Logró llegar hasta el gran salón denominado Salón Este sin que el Servicio Secreto le detuviera. El caso suscitó un acalorado debate sobre la eficacia de la policía de élite. La Cámara de Representantes hará su propia investigación.
ARMADO Y OBAMA EN UN ELEVADOR
El martes se conoció que el 16 de septiembre, un contratista de seguridad armado y con tres condenas por asalto y agresión se subió a un elevador con Barack Obama y su equipo de seguridad en la sede de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades, en Atlanta, violando el protocolo del Servicio Secreto.
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