El anuncio ayer de que las conversaciones entre el Gobierno de Hong Kong y los manifestantes prodemocracia fueron suspendidas confirmó el escepticismo inicial de los analistas.
El jefe del gobierno hongkonés, Leung Chun-ying, propuso ese diálogo el jueves media hora antes de que expirara el ultimátum de los manifestantes, que exigían su dimisión. La negociación con la Federación de Estudiantes de Hong Kong (HKFS) no se concretó tras episodios de violencia en las calles, de los que los líderes estudiantiles culpan al Gobierno.
“Lo que la gente quiere es una repuesta concreta respecto a lo que el Gobierno puede ofrecernos”. Yvonne Leung, dirigente estudiantil.
El asunto de discordia es la elección del líder del ejecutivo local en 2017, que por primera vez se efectuará por sufragio universal y no a través de un comité de electores. Pekín afirma que solo los candidatos aprobados por un comité partidario del régimen serán autorizados a presentarse a esas elecciones. La decisión es inaceptable para los manifestantes prodemocracia, que reclaman un sufragio universal sin limitaciones.
“Pekín ya fijó los límites legales y políticos (…) y las negociaciones deben someterse a dichos parámetros”, sostuvo el analista político Sonny Lo, del Instituto de Educación de Hong Kong. “Ahora el Gobierno ha decidido un diálogo, lo que es positivo, pero los estudiantes podrían necesitar algunos mediadores tácticos. Ellos deben comprender el estilo chino de negociación”, añadió.
Por su parte, Willy Lam, un experto de la Universidad China de Hong Kong, expresó que “Pekín puede ser favorable a un cambio cosmético, pero que no tenga impacto alguno”, señaló.
La agrupación HKFS es la única dispuesta a conversar con el Gobierno. Sin embargo, el movimiento de protesta está integrado por varios grupos, incluyendo a Occupy Central (que representa a diversos sectores de la sociedad), Scholarism (estudiantes) y varios legisladores. Algunos analistas creen que ante esta configuración, Leung podría adoptar, respecto a los grupos prodemocráticos, la estrategia de “dividir para gobernar”.
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