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Detrás de las paredes del Sistema Penitenciario La Modelo, se desarrolla un intenso tráfico de celulares que los reos destinan para varios usos: desde la comunicación con sus familias, hasta la organización de delitos. la prensa/archivo

Tráfico de celulares en la cárcel

Parece una voz teatralmente fingida. De tono muy gutural, a propósito muy tenebrosa y se nota que no habla libremente en algún espacio abierto, sino en algún claustro silencioso. A lo lejos, apenas se escucha uno que otro canto de pájaro, el sonido de voces masculinas susurrantes y el parsimonioso batir de aspas de algún abanico de ritmo monótono.

Parece una voz teatralmente fingida. De tono muy gutural, a propósito muy tenebrosa y se nota que no habla libremente en algún espacio abierto, sino en algún claustro silencioso. A lo lejos, apenas se escucha uno que otro canto de pájaro, el sonido de voces masculinas susurrantes y el parsimonioso batir de aspas de algún abanico de ritmo monótono.

[doap_box title=”10,400″ box_color=”#336699″ class=”aside-box”] Cerca de 10,400 reos saturan las celdas del precario sistema penitenciario del país, según Gonzalo Carrión, abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos. Esta cifra de privados supera la capacidad de las prisiones del país de 4,600 reos, “por lo cual se evidencia a todas luces un hacinamiento atroz”. [/doap_box]

“Me dijo el doctor que podía hablar con usted con confianza ¿Es movistar o claro?”, dijo de entrada la voz, sin saludos ni preámbulos. Aclarado el asunto de la compañía telefónica, el hombre de la voz de ultratumba fue al grano sobre el tema de interés: el uso de los teléfonos celulares desde las celdas del Sistema Penitenciario.

“Vea, aquí pasan muchas cosas que ustedes allá fuera ni idea tienen, esto es un abuso arrecho todos los días… a los presos nos ven peor que a perros, los guardias nos humillan todos los días y cometen cualquier barbaridad y una de las cosas que hemos encontrado para denunciarlos es el teléfono”, dice el hombre, el volumen de voz bajo control y apenas interrumpido por una leve tos que parece venirle del esfuerzo de mantener la voz con ese tono lúgubre.

No quiere hablar de él. Dice que dar muchos datos puede delatarlo y perder el privilegio de usar su teléfono. Ha pasado con otros reos: se les ha descubierto hablando y los han apaleado, castigado y decomisado el equipo.

“Se los roban, cosa que le hallen los guardas que no sea autorizado, se lo roban o se lo requisan, como dicen ellos”, dice este hombre que se identifica como “estudiado” y con varios años de estar preso.

“Yo he visto barbaridades. Si aquí hubiera una investigación seria, pero seria, la mayoría del personal de la Modelo estaría despedida y hasta presa, porque hasta han dejado morir gente, han decomisado medicina que unos viejos necesitaban y ahí murieron. Y cuando hay reos que pueden pagarles, ellos les permiten hasta armas y es algo que no es nuevo, hace tres años un preso mató a otro por un encargo de afuera. Salió de su celda, caminó tranquilo, llegó a la celda de la víctima y le disparó tres veces. ¿Cómo hizo para salir si todas las celdas permanecen empernadas (cerradas con pernos)? Ahí hubo complicidad”, acusa la voz.

“Entonces así como antes permitieron pistolas y drogas, ahora permiten celulares. No le voy a decir cómo me llegó el mío, que es pequeño, un chiclero, pero aquí los celulares no caminan solos ni llegan volando. La gente hace de todo, qué no inventan para meter sus celulares, la mayoría se los mete por el ano y a como pueden lo esconden y solo se pueden usar ratitos, hablando bajito, porque si nos descubren lo decomisan o se lo roban los otros reos”, narra el hombre, quien recuerda, por fin dejando la voz de teatro para reírse un poco, que muchos internos han ido a parar al hospital con un celular atravesado en el recto.

“Es que hay salvajes que no miden el tamaño del teléfono o del ano y se lo meten con vaselina, envuelto en un condón, de esos teléfonos grandecitos. Después de grandes pujaderas, llantos y dolores, terminan por llamar a los guardas para contarles y ahí salen los pobres de emergencia a que les extraigan el celular”, cuenta entre risas ahogadas, casi espasmos.

“Pero lo que le quiero decir, es que no todos pasan ese proceso pues, hay gente gruesa, que tiene billete, que fueron acusados de narcos o asaltos, que vos los vas a ver a toda puerta con celulares modernos, grandes que jamás van entrarle por el c… a nadie ¿Cómo entran? La única manera es que se los lleven los propios guardas y hay aquí una cosa que todo el mundo sabe: si usted tiene dinero, tiene todo. Desde seguridad, sexo, comida y cigarro, hasta teléfonos”, dice, ya afónico, la voz de este hombre que parece tener, por lo que cuenta, algún tipo de experiencia militar.

“Así como te enseñan en la guerra a fumar en la montaña ocultando la brasa del cigarro, así en las celdas uno procura usar el celular ocultando el brillo de la pantalla, porque el teléfono es carne de venado, cualquiera te lo roba para bisnearlo. La semana pasada a un reo le pagaron 19 puñaladas para robarle el celular, pero el broder no lo andaba, se lo llevaron al Lenín y dicen que se murió”, narra.

[doap_box title=”El tráfico de celulares,
según la Radio Ya” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] La oficialista Radio Ya reseña, muy a su estilo burlón, en su página web dos casos como estos: el de abril del 2014 dos reos de 23 y 26 años fueron llevados por los custodios al hospital Alemán Nicaragüense tras confesar que se habían metido los equipos “en lo más profundo de su ano”. “La bandidencia de los reos LM y SA fue detectada cuando salieron de sus respectivas visitas conyugales, ya que iban caminando todo rarito y sudando a mares. Extraoficialmente se conoció que los sujetos no iban a utilizar los celulares, sino que se los entregarían a otros presos, porque su bisne dentro de la cárcel es ser muleros de otros reos, o sea ocupan sus anitos para llevarles drogas, teléfonos y cualquier otro cachivache que les alcance dentro del cheto, y por ello reciben dinero”. [/doap_box]

Advierte que pronto se la van acabar los minutos. Que si puedo, en algún momento que haya promoción de triplicar o más, le mande una recarga para reponer los minutos gastados en la entrevista y ya casi como buscando la despedida, cuenta apurado que el teléfono es la única opción que muchos tienen para sobrepasar la soledad y la espera en prisión.

Dice que con un teléfono puede chatear con su familia. Oír la voz de su compañera de vida. Escuchar a los niños, ver las fotos de su gente y hasta ver videos pornos para relajarse.

“Uno escucha música, radio, las noticias, puede tomar fotos, jugar, usar la lámpara, joder a las chavalos que mandan sus números a los programas para pedir amigos, incluso, a veces hay majes que se hacen pasar por jañas para estar fregando a los chavalos y les sacan al menos una recarga”, narra con un inocultable tono de tristeza.

DELITOS DESDE LA CÁRCEL

Pero no solo fotos y denuncias a las redes sociales salen del Sistema Penitenciario. En los últimos tres años se han registrado de manera formal, más de 32 denuncias, investigaciones y nuevos juicios a privados de libertad que mediante el uso de celulares han dirigido estafas, asaltos, tráfico de drogas, amenazas de muerte, acoso sexual y otros delitos.

Dos de los casos más relevantes que se han cometido desde la cárcel mediante el uso de celulares son: el que ocurrió en marzo del 2013, cuando una banda robó 35 fusiles propiedad de la Policía, que eran reparados en una armería en Managua. Las armas serían vendidas por los delincuentes en Honduras y el plan fue planeado en la cárcel Modelo de Tipitapa, según las investigaciones.

Otro caso ocurrió en julio del año en curso: el reo Álvaro Ramón Leiva, haciéndose pasar por el magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Marvin Aguilar, estafó más de 400,000 córdobas a familiares de reos acusados de narcos que habían sido declarados culpables en el llamado caso “Operación Sur II”.

Pablo Cuevas, abogado e investigador de cárceles de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, conoce a fondo del asunto del uso de los celulares y admite dos cosas al respecto: que en efecto hay una normativa de seguridad interna dentro de los penales que prohíbe el uso de teléfonos celulares en las celdas, pero que del mismo modo hay complicidad de autoridades internas para permitir equipos a reos con incidencia, influencia y dinero.

[doap_box title=”Desde la cárcel al facebook” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] Retazos de la vida carcelaria aparecen frecuentemente en Facebook, la red social. Los reos tienen su propia página, SPN “La Modelo” Nicaragua, alimentada y actualizada de manera clandestina desde teléfonos móviles, donde los privados de libertad suben sus denuncias, expresan sus quejas, acusan a los funcionarios del penitenciario y hasta bromean y comparten mensajes bíblicos y citas de amistad. Pero también vierten amenazas de muerte y venganza contra funcionarios del penal. Uno de ellos, bautizado por los reclusos como Gómez-Gómez, jefe de requisa de La Modelo, es el más odiado por ser, según las denuncias en la red social, el encargado de investigar y requisar los equipos y castigar al reo al que se le encuentre un dispositivo. La citada página está llena de fotos de poca calidad, donde se ven reos agrupados y sin camisas en los pasillos de ladrillos blancos y negros tipo tablero de ajedrez. Igual se les ve haciendo deportes, bailando, lavando ropa o limpieza, hacinados en sus celdas y matando el tiempo, fotos de las instalaciones descuidadas del penal, imágenes de las pobres raciones de alimentos y las terribles condiciones de salubridad del lugar. En una fotografía aparecen varios reos esposados con los brazos hacia la espalda, en una plaza bajo sol, mientras guardias del penal los revisan. [/doap_box]

“Es algo que nosotros no vamos a documentar con pruebas fehacientes, porque no hay videos, documentos o fotografías, pero si sabemos de múltiples testimonios y por hechos que salen a luz pública en las noticias, que los guardas del penal permiten favores a reos para que usen sus celulares dentro de la cárcel”, admite Cuevas.

El funcionario de la CPDH dice que a su número le llegan numerosas llamadas de todos los penales del país denunciando abusos, tragedias y hasta pidiendo llevar mensajes a familiares de reos.

Los relatos que él ha escuchado en sus visitas a los penales y de las llamadas que recibe, son en algunos casos, espeluznantes. “Yo me entero porque me lo dicen los privados de libertad, de golpizas y torturas, de amotinamientos y abusos de todo tipo, violaciones y asesinatos, maltratos… En este caso el teléfono sirve a los reos para denunciar las violaciones a sus derechos humanos a y nosotros como defensores de los derechos humanos, tratar de llevar el mensaje a las autoridades”, dice Cuevas, quien este año realizó otro intenso trabajo de visita a los penales donde escuchó apuradamente la versión de un tráfico de celulares.

“Hay reos que se los meten en el ano, en las visitas conyugales algunas damas llevan en sus vaginas celulares, a veces los meten en las comida, ocultos, pero también hay denuncias de celulares que son imposibles de meter si no es con apoyo de algún funcionario”, denuncia Cuevas, quien confirma las versiones de la mala suerte de algunos reos que han tenido que ser llevados de urgencias a los hospitales para extraerles los equipos de sus intestinos.

Cuevas dice que él entiende que en un sistema penitenciario siempre hay tres tipos de uso para los celulares: el de estricto pasatiempo, el de comunicación con la familia y el arma para extorsionar, amenazar o organizar delitos en el exterior.

“Sabemos que muchos reos acusan a los testigos, a los investigadores o los denunciantes que los llevaron a la cárcel, les dicen que los van a matar cuando salgan de prisión, pero sabemos de igual modo que muchos solo lo usan para denunciar los abusos a que son metidos. Hubo un caso donde a un reo le quitaron sus medicinas y tratamiento y por eso murió, así lo denunciaron, pero como son casos que los mismos reos denuncian, las autoridades no los toman en cuenta”, dice Cuevas.

REOS TIENEN DERECHO A LLAMAR Y EL SPN DEBE CONTROLAR
El especialista en protección de Derechos Humanos Internacionales, abogado y académico Ramón Eugenio Rodríguez, dijo que la Constitución Política de Nicaragua establece que el sistema penitenciario “es humanitario y tiene como objetivo fundamental la transformación del interno para reintegrarlo a la sociedad”.
Rodríguez señala que la Ley del Régimen Penitenciario y Ejecución de la Pena (Ley No. 473) reconoce derechos de los reos a “tener comunicación y visitas”, de sus familiares y personas allegadas al núcleo familiar “o de representantes legales acreditados que se interesen por su situación legal o de salud, sin restricción alguna”.
El artículo 71, establece las formas de comunicación: “Las autoridades de los centros penitenciarios deberán facilitar las posibilidades a los privados de libertad para que éstos se puedan comunicar con sus familiares, personas allegadas al núcleo familiar y representantes legales acreditados de forma oral, escrita o telefónica”.
Sin embargo, cita Rodríguez, el reglamento de Ley No. 473, artículo 154 inciso 8, prohíbe “poseer teléfonos móviles, cámaras fotográficas y de video, computadoras, buscadores de personas, grabadoras y medios técnicos de comunicación de cualquier naturaleza; así como, todos aquellos objetos que a criterio del Director General del Sistema Penitenciario, vulneren la seguridad interna en los centros penitenciarios”.

Reportajes Cárcel celulares tráfico archivo

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COMENTARIOS

  1. javier
    Hace 10 años

    todos los seres humanos por desgracia estamos expuesto a los problemas ya sea con querer o sin queres desgraciadamente la cultura de la solucion para encontrar una ayuda para todos esos jovenes que por culpa al sistema y al camino equivocado que escogieron la formacion desde el hogar que por la misma pobresa que el gobierno abliga a nosostros los nicas a vivir y no poder darle lo mejor a nuestros hijos (no justifico al delincuente) pero si el gobierno pusiera una poca de corazon en ayudarlos y…

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