El ronco sonido del motor de las lanchas rompe el silencio de este paraíso, al tiempo que las aguas se parten en ondulaciones infinitas ante el avance de las naves. El ruido y el movimiento del agua alertan a las bandadas de garzas blancas, que alzan vuelo desde los jardines flotantes de lirios y lechugas para posarse entre tupidos genízaros, robles, ceibos, guanacastes y otros árboles que circundan la laguna.
Estamos en Moyuá, un bello y natural humedal situado en la comunidad de Puertas Viejas, municipio de Ciudad Darío, Matagalpa.
El lugar, tan sencillo como una flor silvestre, es una verdadera caja de sorpresas. En principio, aunque se le conoce como la laguna de Moyuá, o la playita, en realidad es un complejo natural de tres lagunas (Moyuá, Las Playitas y Tecomapa), siendo la más grande y navegable Moyuá, con una extensión superior a los seis kilómetros cuadrados en época lluviosa.
[doap_box title=”PRECIOS” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El tour en lancha cuesta
50 córdobas por adulto y
25 córdobas por niño menor
de 10 años. Un plato de comida puede costar desde 50 hasta
150 córdobas. Hay energía eléctrica, señal telefónica y transporte público en buses desde el Mercado de Mayoreo
o desde Ciudad Darío. [/doap_box]
El cuerpo de agua cuenta con dos islas pequeñas: la Seca y la Honda, donde se han encontrado vestigios de ruinas precolombinos, razón por la cual no es posible desembarcar en ellas, además que son nidos naturales de aves migratorias y animales autóctonos.
El sitio es la primera parada de la Ruta del Café, avalada por el Instituto de Turismo, y ya cuenta con su propia ficha turística, con mapa de ubicación que la sitúan en el kilómetro 72 de la carretera Matagalpa-Managua.
Es el único punto del llamado Corredor Seco, que cuenta con un sistema lacustre de agua dulce sin contaminación.
En el lugar los comunitarios se organizaron para formar la Asociación de Pobladores de Moyuá y se les conoce como “Los Morenos”; ahí atienden a los turistas bajo un modelo de turismo rural comunitario, que se formó con financiamiento internacional, gracias a que el sitio fue reconocido por la Convención de Humedales Ramsar, desde noviembre de 2011, como el noveno humedal de Nicaragua “gracias a su importancia internacional como sitio de gran valor biológico para la humanidad”.
Gracias a ello, ahora hay lanchas sencillas pero modernas y seguras que llevan a los visitantes a recorrer la laguna y avistar aves y disfrutar el paisaje; también hay senderos de caminatas hacia la comunidad, guías turísticos, chozas de descanso y comida familiar a solicitud de los turistas.
Hay un restaurante con menú, El Pescafrito, ubicado en la entrada a la comunidad, sobre la Carretera Panamericana Norte.
Si el turista no quiere gastar, o vivir otra experiencia, puede pescar bajo la compañía de un pescador local y cocinar en las pequeñas chozas embaldosadas, o si no, solicitar a cualquier familia de la comunidad que les preparen alimentos caseros.
La comunidad entera está organizada para atender al visitante en cualquier momento, aunque lo ideal es reservar con los dos líderes de la comunidad: Narciso Moreno al número 8979-8989 y Tomás Moreno al celular 8976- 5557.
El lugar es barato. La entrada a la laguna es gratuita, el uso de chozas se paga de manera simbólica como propina comunitaria.
TURISMO, CIENCIA Y NATURALEZA
Si bien el principal atractivo turístico de Moyuá es su belleza paisajística y la posibilidad de pesca artesanal, otros elementos le aportan mayor valor turístico a la zona.
Narciso Moreno, líder comunitario de la zona, contó a Domingo que en ocasiones llaman y llegan delegaciones de turistas amigos de la ecología, nacionales y extranjeros, que quieren visitar la zona para promover el turismo amigable con el medioambiente entre sus contactos.
En otras ocasiones quienes llegan son estudiantes universitarios que visitan la zona para elaborar reportes o investigaciones académicas, pero igual han visitado el lugar científicos extranjeros ávidos de investigaciones sobre hábitat y ecosistemas de humedales. La comunidad ha tomado en serio el valor ambiental del lugar y mediante charlas y capacitaciones han emprendido campañas de reciclaje y manejo de desechos, así como rescate y preservación del humedal, con el apoyo de organizaciones como el Centro para la Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA-UNAN).
Tal importancia ha adquirido con los años Moyuá, que el Instituto Nicaragüense de Turismo y la Alcaldía de Ciudad Darío coordinan esfuerzos y realizan planes para dotar de infraestructura vial y hospedaje a este oasis, que carece de hoteles y servicios de lujo.
La idea de la comunidad es convertir al lugar en una zona turística rural, que ofrezca además de nado y pesca, senderismo y avistamiento de aves y animales silvestres, como ardillas, gatos de monte, guardatinajas, garzas, zarcetas y otros.
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