Nadie dijo que las relaciones de pareja eran sencillas. Unas veces se está bien, otras mal, sin embargo no todo es negativo cuando se sabe querer, pero esto empieza primero por la persona misma; a esto los psicólogos le llaman tener un buen autoestima, que sin duda irradiará en su matrimonio.
Cuando uno o ambos tiene una baja autoestima, las parejas pueden experimentar la codependencia emocional. La mujer o el varón empiezan a dejar a un lado sus propios sentimientos por el de su par, aún cuando sabe que no está haciendo lo correcto y va en contra de su mismo bienestar, todo esto a cambio de una expresión de afecto.
PRIORIDADES NEGATIVAS
Esta situación en las relaciones amorosas es un factor de destrucción, que va mermando negativamente en ambos, aunque quien más lo sufre es el que siempre cede, y casi siempre es la mujer. En el caso del hombre, por su misma condición machista prefiere no exponer sus problemas.
La psicóloga Onelia Alegría afirma que la codependencia emocional es el sufrimiento de una persona (que sufre una especie de enganche de la pareja porque existe una necesidad muy grande y continua de afecto.
Situación que debe tratarse con un especialista porque a juicio de Alegría, es un patrón que perdurará en todas las relaciones amorosas que tenga a lo largo de su vida.
PATRONES
La dependencia muchas veces no es solo económica, también obedece a una necesidad emocional donde la persona que la sufre tiene miedo a la soledad, es por eso que “el dependiente emocional busca parejas dominantes, de carácter fuerte, más bien egoístas y egocéntricas, desconsideradas, y posesivas”, amplía la psicóloga Onelia Alegría; incluso son capaces de llegar al maltrato físico o psicológico.
“Las personas son capaces de pedir perdón, incluso, por cosas que no ha hecho, con tal de que su pareja lo quiera y esté contenta”, afirma la especialista.
Por otro lado, “es frecuente que la relación se rompa, pero no importa. El dependiente volverá una y otra vez a la pareja, del mismo modo que el alcohólico o el drogadicto vuelve a consumir. Se producen, incluso, enfrentamientos y rupturas con amigos o familiares por defender esta situación”, finaliza Alegría.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B