A paso lento y acompañado por una multitud de fieles católicos, encabezados por las veneradas imágenes de San Jerónimo y San Miguel, fue llevado hasta su última morada el recordado y querido monseñor Estanislao García Calero, de 98 años, párroco de la iglesia San Jerónimo de Masaya, por casi treinta años.
Los cargadores de San Jerónimo se mostraron apenados por el deceso de monseñor Estanislao García Calero y dijeron que siempre recibían su bendición antes de la procesión de la tradicional Octava y que será muy recordado por todo el pueblo de Masaya.
La misa en Masatepe fue cerca de las 2:00 de la tarde. La iglesia San Juan Bautista de esta ciudad fue abarrotada por los fieles que llegaron a participar de la misa de despedida.
Hubo lágrimas, congoja, abrazos y sobre todo pesar por este religioso que entregó toda su vida al servicio de Dios.
El amado religioso falleció de causa natural el pasado 7 de octubre, día de la Octava de San Jerónimo, la cual fue suspendida por la muerte de monseñor García.
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Antes del entierro, realizado en Masatepe, ciudad natal del apreciado prelado, en Masaya monseñor Silvio Báez Ortega celebró una misa de cuerpo presente en donde destacó la labor pastoral de García, no solo en esa ciudad, sino en otras parroquias del país.
“Estamos acompañando a nuestro querido hermano monseñor Estanislao García, con gran dolor, porque deja un vacío en esta parroquia de San Jerónimo y en tantas otras parroquias en donde él sirvió con generosidad y alegría, en la Iglesia de Nicaragua entera, en el corazón de los obispos y en el corazón de sus hermanos sacerdotes”, dijo Báez.
“Para nosotros los cristianos afrontar la muerte no es que nos encontremos frente a una fatalidad, frente a un drama, frente a un fracaso que nos lleva a la nada, no es la destrucción. Nosotros celebramos la muerte. Parece una contradicción, pero para nosotros los cristianos la muerte no es el final a la luz de la experiencia de Jesús, quien entró a la muerte, amando hasta el extremo”, expresó durante su homilía.
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