Uno de los médicos hondureños que atiende a las siamesas nacidas en el norte de Honduras el viernes pasado aseguró hoy que “es casi imposible” separarlas debido a que comparten el corazón y el hígado.
Los análisis practicados a las menores indican que “es casi imposible hacer la separación por la malformación que tiene el corazón, ya que lo comparten y solo tienen un hígado”, dijo Samuel Santos, neonatólogo del estatal Hospital Mario Catarino Rivas.
“Tenemos un solo corazón para ambas niñas, lo cual pone muy difícil la situación para la vida de ellas, hemos estado estudiando el caso y es sumamente difícil”, explicó Santos en declaraciones a la Radio HNR de Tegucigalpa.
Samatha y Johana nacieron unidas por el tórax el pasado viernes en la sala de partos del Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, norte de Honduras, luego de una operación de cesárea practicada a Johana Anariba, una joven mujer de escasos recursos.
Las niñas, que nacieron de forma prematura, pesaron juntas menos de 3 kilos y, según Santos “su estado de salud por el momento es estable”, aunque son mantenidas bajo vigilancia médica permanente.
El especialista indicó que harán consultas con médicos estadounidenses para que “revisen los estudios y determinen que se puede hacer” en este caso que, según él, “es bastante raro”.
Sin embargo, señaló que en cualquier momento “puede presentarse una falla cardiaca, que sería el colapso de ambas (niñas)”.
Este el sexto caso de siamesas que nacen en Honduras desde 2010. En noviembre de ese año nacieron dos niñas unidas por el abdomen y fallecieron una semana después.
En 2011 hubo otro caso de siamesas unidas por el tórax, que compartían el hígado, la pelvis y los riñones y murieron casi dos semanas después de haber nacido.
En agosto y septiembre de 2013 se registraron otros dos casos de siamesas también unidas por el abdomen y que igualmente fallecieron a los pocos días de haber nacido.
En septiembre pasado nacieron dos niñas unidas también por el tórax y murieron 24 días después de haber nacido tras agravarse una deficiencia cardíaca que sufrían.