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Sin TPL, 7 mil irán a la calle

Son siete mil trabajadores de la industria textil los que quedarían sin empleo el próximo año si finalmente Estados Unidos no extiende a Nicaragua la dispensa conocida como Nivel de Preferencia Arancelaria (TPL, por sus siglas en inglés). A esta conclusión llegó una radiografía que realizó la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) entre las 37 empresas que se benefician de esa preferencia.

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Son siete mil trabajadores de la industria textil los que quedarían sin empleo el próximo año si finalmente Estados Unidos no extiende a Nicaragua la dispensa conocida como Nivel de Preferencia Arancelaria (TPL, por sus siglas en inglés). A esta conclusión llegó una radiografía que realizó la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) entre las 37 empresas que se benefician de esa preferencia.

[doap_box title=”Alivio en 2016″ box_color=”#336699″ class=”aside-box”]Tras la contracción del empleo e ingreso en la industria textil en 2015, según Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides, el sector empezaría un proceso de crecimiento en 2016, “tomando en cuenta el dinamismo del sector, más allá de la presencia de TPL”.

No obstante, Chamorro afirma que el gran reto del país será reducir el alto costo de la energía en la industria. Tal es el obstáculo, que según el director ejecutivo de Funides, en Guatemala planea reducir la tarifa industrial hasta en diez centavos dólar el kilowatt y en Nicaragua se paga 20.

[/doap_box][doap_box title=”Recontratar” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, recomendó al Gobierno preparar un plan para que las siete mil personas que perderán sus empleos sean reubicadas en otras empresas de zona franca. “Estos mismos trabajadores constituyen una mano de obra calificada y capacitada, acostumbrada a trabajar bajo regímenes de disciplina y características propias de trabajos en este tipo de industria, por lo que son un atractivo para futuras inversiones o expansiones en el sector, permitiendo un alto grado de movilidad de dicha mano de obra”.[/doap_box]

La investigación, que será difundida hoy durante la presentación del tercer Informe de Coyuntura Económica de 2014, revela además que las exportaciones se reducirían entre 7.5 y 9 por ciento en valor. Es decir, que eso implicaría que el país deje de captar entre 112 y 135 millones de dólares, tomando como referencia que para este año la industria textil espera facturar 1,494 millones de dólares.

En tanto, la contracción del empleo será de entre 8.5 y 10 por ciento. Eso según Funides significa que el empleo directo pasaría de 70,013 en 2014 a 63,000 en 2015.

El director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro, explicó que son 78 empresas las que están en el sector textil, pero solo 37 hacen uso de los TPL.

“De las 37 empresas operando que se han beneficiado de los TPL, siete de ellas concentran aproximadamente el 61 por ciento de las exportaciones estimadas para el 2014. En relación con la generación de empleo, 11 de ellas (que generan cada una más de 2,000 empleos) representan el 64 por ciento del total de empleo en 2014”, explica Chamorro.

“Esta es quizás una de las cifras más baja de reducción de empleo de las que se ha manejado, se habló de 15 mil empleos, de 30 mil…Y aunque es un número menor (el de Funides) sigue siendo preocupante, es un número que no quisiéramos tener obviamente”, dijo.

Nicaragua intensificará en noviembre y diciembre su cabildeo en Estados Unidos para lograr que al menos uno de los dos proyectos de renovación de los TPL que están en la tubería del Congreso se apruebe en las sesiones de fin de año del poder legislativo estadounidense.

Sobre la mesa hay dos propuestas: la Ley de Feinstein (Dianne Feinstein, senadora demócrata) y la Ley de Hagan (Kay Hagan, también demócrata). Con la primera iniciativa se pretende la extensión del beneficio por otros diez años; en tanto la segunda persigue beneficiar solo a las prendas de vestir de tejidos planos (seis por ciento de la producción de la industria) y no proporcionaría ningún beneficio para el segmento de la industria de géneros de tejidos de punto, que es el que genera la mayor parte de las exportaciones y el empleo.

Y es que los TPL permiten a la industria textil confección exportar piezas fabricadas con materias primas de terceros países, beneficio que vence en diciembre de este año según lo pactado entre Nicaragua y Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio (DR- Cafta, por sus siglas en inglés).

EFECTOS INMEDIATOS

Según Chamorro, tras el fin del beneficio ciertos clientes importantes de las textileras “trasladarán su producción de ciertas marcas a Haití y algunos países de África y Asia; países y regiones que continuarán recibiendo el beneficio de los TPL”.

Además “grupos empresariales importantes importarán telas de países DR-Cafta procedentes de instalaciones propias ubicadas en Costa Rica y Guatemala”.

Otra de las opciones que están trabajando las textileras que serán afectadas por la medida son reducir los costos, precios y márgenes de utilidad del negocio “que les permita traer nuevas órdenes”. También están buscando cómo diversificar los clientes y nuevos productos, según dijeron las empresas textiles a Funides.

La buena noticia: ninguna de las textileras planea cerrar operaciones en Nicaragua. “Las empresas líderes del sector por los volúmenes de exportaciones en los últimos diez años, han realizado importantes inversiones con el fin de incrementar su capacidad instalada, lo que indica que son empresas que han planificado una permanencia en el país”, afirma Chamorro.

FACILITAR OPERACIONES

Para asegurar la recuperación de la industria textil en 2016, Chamorro estima que es necesario “que el Estado intervenga de forma más decisiva como agente facilitador de las inversiones. Para ello se requiere que las diversas instituciones, entre ellas Aduana, DGI y Registro Público Mercantil, entre otras, trabajen de manera más coordinada y eficiente. Lo anterior permitirá la eliminación de las barreras burocráticas que restan competitividad a las empresas”.

Juan Sebastián Chamorro,  director ejecutivo de Funides.  LAPRENSA/ARHCIVO
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides.
LAPRENSA/ARHCIVO

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