Joan Rivers murió por una caída en su oxígeno sanguíneo durante un procedimiento médico de rutina para revisar los cambios en su voz y un problema de reflujo, dictó ayer la oficina forense de Nueva York.
La comediante, de 81 años, falleció el 4 de septiembre tras haber estado hospitalizada casi una semana por haber sufrido un paro cardiaco en un consultorio durante el procedimiento médico.
Rivers murió de una “encefalopatía anóxica por un paro hipóxico”, un daño cerebral por la falta de oxígeno, durante un procedimiento para revisar su tracto gastrointestinal y sus cuerdas vocales, dijo una vocera del forense de la ciudad.
La muerte fue calificada como una complicación durante un procedimiento médico. La clasificación no se suele usar, la mayoría de las muertes son calificadas como homicidios, suicidios o causas naturales.
Ella estuvo sedada con propofol durante el procedimiento, dijo el forense. El Departamento de Salud estatal también está investigando.
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