El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, se comprometió a erradicar la pobreza extrema durante su mandato de cuatro años, que inició el 8 de mayo, al presentar este viernes un mapa nacional de pobreza, que definió como un valioso instrumento de política pública.
Erradicar la pobreza extrema, en la que viven unos 347.000 costarricenses, aproximadamente el 7% de la población, “es una promesa de campaña que nos tomamos muy en serio”, aseguró el mandatario ante miembros de su gobierno y representantes de la sociedad civil.
La afirmación la hizo Solís en un acto convocado con ocasión del Día Internacional de Erradicación de la Pobreza Extrema, durante el cual se dio a conocer un mapa digital que identifica con un alto grado de precisión las zonas geográficas en que se concentran los focos de pobreza.
“No es que no se supiera antes (los sitios con más concentración de pobreza), pero ahora estamos seguros de dónde están los pobres y ya no hay excusas para no llegar a esa población”, expresó Solís, quien anunció que su gobierno no se quedará esperando a que los pobres pidan ayuda, sino que irá diligentemente en su busca.
El mapa, presentado por el ministro de Desarrollo Social, Carlos Alvarado, identifica 75 de los 472 distritos del país como las áreas en que se concentra la población pobre del país (un 20% del total) que se clasifica en tres categorías: personas en pobreza, en pobreza extrema y con necesidades básicas insatisfechas.
El instrumento permite hacer una ubicación geográfica de gran precisión, de áreas tan pequeñas como una cuadra, y proporciona abundante información sobre el número de personas que viven en esa área, el número de hogares, el estado de las viviendas y los niveles de ingreso entre otros datos importantes para que las instituciones tomen decisiones.
Pese a tener unos de los porcentajes más bajos de pobreza en Centroamérica, Costa Rica tiene una de las situaciones de desigualdad social más pronunciadas de la región.
Además, la pobreza se ha mantenido en un porcentaje igual o superior al 20% desde hace unas dos décadas, lo cual refleja la ineficiencia de la elevada inversión social que han venido realizando diversos gobiernos.
Recientemente, Alvarado reveló que más de un 22% de los beneficiarios de ayudas estatales son personas que por su nivel de ingreso no las necesitan y que las reciben por clientelismo político.