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Maquinaria pesada de la Alcaldía de Managua realizaba ayer movimientos de tierra donde murieron nueve personas. LA PRENSA/ J. TORRES

Barrio 18 de Mayo, lugar que no olvidarán

Eran las 5:00 a.m. y los agotados equipos de búsqueda y rescate no habían encontrado el noveno cuerpo que estaba sepultado bajo varios metros. Fue hasta con los primeros rayos del sol que los miembros de la Cruz Roja Nicaragüense, Defensa Civil y bomberos encontraron a la última persona, quien falleció la noche del jueves al caerle encima un muro de piedra cantera en el barrio 18 de Mayo.

Eran las 5:00 a.m. y los agotados equipos de búsqueda y rescate no habían encontrado el noveno cuerpo que estaba sepultado bajo varios metros. Fue hasta con los primeros rayos del sol que los miembros de la Cruz Roja Nicaragüense, Defensa Civil y bomberos encontraron a la última persona, quien falleció la noche del jueves al caerle encima un muro de piedra cantera en el barrio 18 de Mayo.

Así como fue difícil encontrar los cuerpos, al punto que tuvieron que ensayar diferentes técnicas, igual fue el estremecimiento de los habitantes de la zona por la tragedia.

Los entregados rescatistas, quienes no se rindieron al cansancio por el trabajo, fueron cuidadosos en esconder con trapos las desfiguraciones que tenían algunas personas producto del aplastamiento.

Sin embargo, aún preparados y metidos en las cajas, los familiares y vecinos de las víctimas se mostraban consternados por lo acontecido, provocado por un aguacero.

Marcelino Cortez, padrastro de Douglas Orozco, una de las víctimas, relató cuando escuchó una especie de trueno la noche del jueves y se asomó a las viviendas vecinas, vio cómo habían quedado soterradas.

“Se cayó la casa de doña Carmen, porque creíamos que solo eso había pasado, pero cuando nos acercamos, la señora con la mente perdida y el señor caído con la cabeza rajada (…) bajé y fui a pedir ayuda, la gente subió con palas y picos”, contó Cortez con una voz entrecortada, frente al ataúd de su hijastro.

El cadáver estuvo en una iglesia del barrio, donde quienes conocieron al joven, apenas de 19 años, les parecía mentira el trágico final por vivir en una zona vulnerable, donde las autoridades de la Alcaldía de Managua habían despejado el sitio cinco años atrás.

La madrugada del viernes pocos pudieron dormir en el 18 de Mayo. Eran las 3:00 de la mañana y las personas estaban en las calles esperando a que los socorristas sacaran a los fallecidos o esperando el milagro de encontrar a alguien con vida.

Del alud solo siete se pudieron rescatar con vida y nueve encontraron la muerte, informó ayer Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, lamentando el suceso que ocurrió a las 8:00 p.m., cuando una fuerte lluvia provocó estragos en otros lugares de la capital.

“Vamos a albergues. La Alcaldía nos dijo que no podemos seguir acá, es vivir con el peligro al lado. No tuve opción, desarmé mi casa, me llevo lo que puedo al refugio.” Encarnación Ruiz López, habitaba en el barrio 18 de Mayo.

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

Antes de la medianoche de anteayer quienes dirigían las labores de búsqueda y rescate preguntaban “a grito partido” si alguien de los que estaba atrapado los podía escuchar. Esta acción de esperanza encontró la respuesta anhelada.

Fue así que hicieron uso de la técnica canina para localizar los cuerpos. Por la ubicación en donde ocurrió el alud se dificultó finalizar los trabajos de rescate.

HABÍAN INFORMADOA LA ALCALDÍA

Marco Antonio Bello vivió cerca de cuatro años en la zona del desastre y aseguró que ellos le informaron a las autoridades municipales del problema que representaba el muro que construyó la urbanización Lomas del Valle.

“Siempre tuvimos problemas y llamamos a la Alcaldía cuando iba levantándose el muro. Filtraba el agua debajo de las piedras. Siempre le hicimos saber el problema”, aseguró Bello, quien perdió a su esposa y mientras esperaba paciente a que la encontraran, aún no se terminaba de preguntar: “¿Por qué nos pasó esto?”

Quienes se salvaron de la muerte en el barrio 18 de Mayo se fueron con el sueño de encontrar paz y un poco de olvido en otro lugar, luego de la tragedia que los estremeció.

Al mediodía de ayer, la Alcaldía de Managua, en colaboración con la Defensa Civil del Ejército de Nicaragua desmantelaban las viviendas que estaban en la parte oeste del cauce natural del barrio 18 de Mayo.

Una vez “limpios” los terrenos se tomarían medidas para evitar que otras personas se los tomen, puesto que es una zona no habitable por su peligro de deslizamiento y desborde del cauce.

Las familias que trasladaron ayer a los albergues en los camiones de la Unidad Humanitaria de Rescate (UHR) no tendrán información detallada hasta que el Gobierno central dé una respuesta de dónde vivirán el resto de sus vidas bajo un techo seguro.

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COMENTARIOS

  1. Hace 10 años

    esto es mentira

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