14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

En Letra Pequeña

Reconozcámoslo: el PLC parece ser quien más claro tiene hacia dónde va. A una repartidera de cargos y nunca a elecciones. Al menos esa honestidad se le puede reconocer. Así que mejor solos. Le tocaría más en la repartidera si logra excluir al PLI basado en un cálculo simple: dignidad, ética y participar en elecciones con este mismo árbitro electoral no pueden ir juntos. Y ese parece ser el dilema existencial del PLI. O se va a elecciones, se llenan de lodo y consiguen algunos cargos o no van a las elecciones y se quedan con su dignidad en la calle. El PLC ya decidió.

Dilema existencial

Reconozcámoslo: el PLC parece ser quien más claro tiene hacia dónde va. A una repartidera de cargos y nunca a elecciones. Al menos esa honestidad se le puede reconocer. Así que mejor solos. Le tocaría más en la repartidera si logra excluir al PLI basado en un cálculo simple: dignidad, ética y participar en elecciones con este mismo árbitro electoral no pueden ir juntos. Y ese parece ser el dilema existencial del PLI. O se va a elecciones, se llenan de lodo y consiguen algunos cargos o no van a las elecciones y se quedan con su dignidad en la calle. El PLC ya decidió.

Sin excusas

El asunto es que en cosas de ética y dignidad, el PLC ya no tiene nada que perder. El PLI, en cambio, todavía tiene remilgos, pues basa su existencia en presentarse como la única casilla, activa y legal, no colaboracionista con el Frente Sandinista. Sin embargo, ya no le quedan muchas excusas para justificar su participación en un ejercicio donde se llama a votar para que luego sea el Frente Sandinista quien decida cuántos cargos le dará a cada quien.

¿Por qué votar?

Nos dijeron que votáramos, que iban a defender el voto. Se lo robaron y nada. Luego dijeron que votáramos “para de ponerlos en evidencia”. Se la volvieron a robar… y nada. Entonces dijeron que aunque se la robaran, iban a agarrar los cargos que les dieran porque no podían abandonar los espacios como lo hizo una vez la oposición venezolana, porque iban a dar la lucha desde la Asamblea Nacional. Llegaron a la Asamblea y cuesta darnos cuenta que están ahí de tan callados y domados que parecen. Entonces… Si ya demostraron que no pueden defender nada cuando les roban, si ya vieron que nada pasa con “ponerlos en evidencia” y si de nada sirve que lleguen a una Asamblea donde dicen estar maniatados… ¿Para qué vamos a votar ahora? A ver qué inventan.

Nuevos partidos

Y en medio de este panorama desolador, salen algunos grupos anunciándose como nuevos partidos. Ahí están haciendo fila en el Consejo Supremo Electoral. El problema de cualquier nuevo partido que aparezca es que nacerá fallado por su propio pecado original: es el Frente Sandinista quien los pare. No hay otra forma de que nazca un partido político en estos momentos en esta Nicaragua. Así que ¿quién puede creer que un partido nuevo será capaz de disputarle de verdad el poder al Frente Sandinista si es el propio Frente Sandinista quien le dio vida y quien se la puede quitar cuando le dé la gana?

Juego electoral

Lo que quiero decir es que en vez de estar buscando alianzas o unidades para participar en el juego electoral, los partidos políticos, si de verdad se tienen algún respeto, lo que deberían hacer es unirse y luchar para exigir los cambios que permitan hacer elecciones. No está fácil. Significa arrancar la posibilidad de que Daniel Ortega pierda el poder mediante votos y deje de ser el alegre repartidor de cargos que es ahora. No es fácil, pero no es imposible. Obviamente, no será Ortega por su voluntad quien hará la graciosa concesión. Hay que arrancársela. Y eso se logra solo si se salen del guión que les han escrito desde El Carmen.

Hong Kong

Miren nomás los que está sucediendo en Hong Kong. Ciudadanos, jóvenes principalmente, luchando por su derecho a elegir. Con este ejemplo quiero hacer una aclaración: tampoco es que crea que son solo los miembros de los partidos políticos los únicos obligados a luchar por elecciones libres. Elegir es un derecho ciudadano, y todos tenemos la obligación de defenderlo. Cada quien desde su propia responsabilidad. Lo que le pedimos a los políticos es que hagan los suyo que bastante nos están debiendo. Lo que no puede seguir sucediendo es que se invite a votar por un cambio y luego se vendan o se den por bien robados esos votos para que todo siga lo mismo.

Quién es quién

El asunto para mí es sencillo. Los partidos tienen dos opciones: colaborar con el Frente Sandinista en este sistema perverso que nos ha quitado a los ciudadanos la posibilidad de elegir haciendo lo mismo que han hecho en las elecciones pasadas: inscribirse, dejarse robar y recibir lo que quieran darles, o enfrentar a la bestia fuera del corral en que los ha colocado. Negarse a caminar al matadero. Ahí es donde veremos quién es quién.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí