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Amar con el corazón de Dios

Un amigo comprometido con el Señor me decía que el amor de Dios y el amor al prójimo son dos hojas de una puerta que solo pueden abrirse y cerrarse juntas.

 

Un amigo comprometido con el Señor me decía que el amor de Dios y el amor al prójimo son dos hojas de una puerta que solo pueden abrirse y cerrarse juntas.

Y es que Jesús nos enseña que el amor a Dios y el amor al prójimo van juntos, de la mano. (Mt. 22,34-40). Ya que nada humano puede serle indiferente a Dios, ni nada divino puede hacernos indiferentes a los hombres. Es ley de lógica: Si Dios es Padre, solo desea ver que sus hijos se aman; y, si estos aman al Padre común desearán hacer feliz al Padre amándose como hermanos. No puede concebirse el amor a Dios sin el amor al hermano. Amor a Dios y amor al hermano siempre van de la mano estrechamente unidos.

Quien cree en el Dios de Jesús, está comprometido a amar a Dios a través del hermano. Al decir “creo”, estamos diciendo que hemos optado por el amor, por poner todo nuestro corazón en Dios y en los hijos de Dios, nuestros hermanos. Por eso San Juan nos dice: “Quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Jn. 4,8).

No hay amor a Dios donde no hay amor a los hermanos, no digamos que amamos a Dios si no amamos al hermano. No digamos que amamos si nuestras obras no son obras de amor. No digamos que amamos si no somos capaces de darnos, entregarnos, de morir un poco cada día, por la felicidad del ser amado. No digamos que amamos si no tratamos de matar nuestro egoísmo, nuestro orgullo, nuestras ansias de poseer, de dominar, de esclavizar, de usar al otro en nuestro provecho. Solo los que aman de verdad, solo los que tiene limpio el corazón, verán a Dios.

Ya que amar es unión de corazones, comunidad reunida alrededor de una misma mesa comiendo y bebiendo justicia, solidaridad, fraternidad.

Amor, es unión de voluntades, creando amistad, construyendo un mundo donde todos nos abracemos con Dios en un mismo abrazo de amor.

Amor, mano extendida al necesitado, agua para el sediento, pan para el hambriento, vestido para el desnudo, compañía para el solitario, paz para el angustiado.

Amor, sí a la verdad, no a la mentira, sí a la dignidad de la persona humana y no al goce pasajero y deshumanizante, sí a la fidelidad y no a la traición, sí a la sinceridad y no a la hipocresía.

Amor es entrega generosa y gratuita a los hombres como el mismo Dios que se dio hasta la entrega total en la cruz.

Amor es darse y entregarse a Dios y a los hombres en un mismo amor; sacrificarse, renunciar a uno mismo, ser todo para Dios y para nuestros hermanos.

Amor, es decir sí a Dios cumpliendo sus mandamientos, decir sí a Cristo colaborando con Él en su plan de salvación, decir sí al hombre construyendo y compartiendo con él paz y fraternidad.

Esta es la ley del Señor. Esta es la Ley que debemos vivir. Esta es la Ley que debemos entregar. Por eso amar con el corazón de Dios y, después, haz lo que quieras.

Religión y Fe Dios señor archivo

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COMENTARIOS

  1. Car
    Hace 9 años

    Este mensaje tiene lo que debe hacer el cristiano. Dios quiera que lo lean muchas personas. Felicidades por su escrito.

  2. Hace 9 años

    Los padres deberian casarse; es que no se puede andar dejando hijos tirados sin papá. lA BIBLIA, dice, no es bueno que el hombre esté solo. Le vamos a hacer una hembra para que le ayude. San Pablo dice que es mejor casarse antes que quemarse.. El matrimonio es la solución, y así no se cometen injusticias,

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