Miles de personas participaron hoy en el multitudinario entierro de un adolescente palestino de 14 años, muerto el viernes 24 por un disparo en la cabeza de un soldado israelí, el segundo en una semana.
La procesión fúnebre, encabezada por sus padres, recorrió las calles de la localidad de Silwad, al norte de Ramala, donde fue abatido el muchacho, identificado como Orwa Mohamad Abdel Hadi, con nacionalidad estadounidense.
Las exequias se habían retrasado para dar tiempo a que su padre regresara de Estados Unidos y su madre de Jordania, en un ambiente de creciente tensión en esta localidad que hoy se puso en huelga para protestar por lo que consideran “un asesinato a sangre fría”.
Las circunstancias de la muerte son objeto de polémica, ya que mientras el Ejército israelí asegura que disparó sobre él cuando se disponía a lanzar un cóctel molotov contra una carretera utilizada por colonos, los testigos indican que no estaba armado y que fue víctima de un francotirador militar.
El sábado, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki, condenó la muerte del menor y exigió al Ejército israelí una investigación “limpia y transparente”.
Según testigos, Arwa fue alcanzado por disparos realizados a corta distancia durante las protestas que estallaron tras la oración del viernes en la localidad de Silwad, cercana a Ramala, y que se repitieron en otros puntos de Palestina y también en Jerusalén Este.
Psaki no confirmó el nombre ni la edad del menor, pero aseguró que funcionarios del consulado general de Estados Unidos en Jerusalén “están en contacto con la familia” de la víctima “y proporcionándoles toda la asistencia consular adecuada”.
“Pedimos una investigación rápida y transparente, y seguiremos en contacto cercano con las autoridades locales, que tienen el liderazgo en esta investigación”, subrayó la portavoz.
“Seguimos urgiendo a todas las partes a ayudar a restaurar la calma y evitar una escalada de tensiones a raíz de los recientes y trágicos incidentes en Jerusalén y Cisjordania”, sostuvo Psaki.
Las fuerzas israelíes indicaron este viernes que el incidente “está bajo investigación”, mientras que fuentes médicas precisaron que el menor murió a causa de los disparos cuando era trasladado a un hospital.
Con su muerte, son ya 43 los palestinos que han perdido la vida a causa de disparos de fuerzas israelíes en Cisjordania este año.
El incidente marca, además, el segundo asesinato de un menor palestino en Cisjordania en ocho días, dado que el pasado 17 de octubre, soldados israelíes mataron a tiros a Bahaa Samir Badir, de 13 años, durante una incursión en la aldea de Beit Laqiya, en el norte de Ramala.
La muerte de Badir multiplicó la tensión en Cisjordania y Jerusalén Este, donde desde hace meses son habituales los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y fuerzas de Seguridad israelíes, además de ataques de colonos a propiedades palestinas.
Una tensión que se intensificó el miércoles después de que un joven palestino, al parecer simpatizante del movimiento islamista Hamás, matara a una niña judía tres meses al intentar atropellar a un grupo de pasajeros que esperaban en el andén del tranvía en la zona que divide la ciudad.
Hoy, además, se confirmó la muerte de una joven ecuatoriana, que se encontraba en estado crítico desde ese día.
El ataque, al que siguió un amplio despliegue militar israelí en Jerusalén Este, cuya anexión no reconoce la comunidad internacional, ha disparado la tensión en la ciudad santa, escenario de choques entre jóvenes palestinos y soldados israelíes, y de una manifestación de la extrema derecha judía al grito de “muerte a los árabes”.
