Dos versiones de Cuba salieron a relucir en el plenario de la Asamblea Nacional: la Cuba “víctima” del bloqueo comercial de Estados Unidos y la Cuba “dictatorial” que no permite elegir a sus gobernantes en elecciones libres y democráticas.
Los diputados oficialistas, con amplia mayoría en el Parlamento, defienden que se cancele el bloqueo comercial de Estados Unidos a Cuba, impuesto hace más de 50 años. Sin embargo, los diputados opositores de la Bancada Alianza del Partido Liberal Independiente (Bapli) cuestionan que se cancele lo que ellos llaman “embargo comercial” por la violación a un sin número de derechos de los cubanos.
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El diputado opositor Javier Vallejo se preguntó ante el plenario por qué preocuparse por el bloqueo de Estados Unidos, si para eso tienen a los “hermanos del Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América)”.
El diputado Vallejo también cuestionó que cómo pueden acusar a los Estados Unidos de injerencismo, si los diputados oficialistas cometen injerencia cuando le exigen a Estados Unidos que tenga relaciones comerciales con Cuba, cuando eso es parte de una política interna de los norteamericanos.
Por su parte, el diputado oficialista Edwin Castro contrastó las opiniones de los opositores diciendo que 188 países del mundo rechazan el bloqueo comercial contra Cuba y solo dos países (Estados Unidos e Israel) se oponen a esa idea. En ese sentido, Castro cuestionó a los opositores por autollamarse democráticos, cuando no aceptan la opinión de la mayoría de los países del mundo.
En medio de ese debate se aprobó la Declaración contra el bloqueo de Cuba en la Asamblea de Nicaragua, con 64 votos a favor y 21 en contra.