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Esta es Malala

Malala Yousafzai acababa de regresar a la escuela después de una larga ausencia. Ese día había hecho un examen de Historia y Cultura de Pakistán y se sentía feliz porque presentía que lo había respondido todo bien.

Malala Yousafzai acababa de regresar a la escuela después de una larga ausencia. Ese día había hecho un examen de Historia y Cultura de Pakistán y se sentía feliz porque presentía que lo había respondido todo bien. Dos hombres detuvieron el bus Dyna que la llevaba, otro abrió la puerta y preguntó ¿quién es Malala? Nadie respondió, pero las miradas la acusaron. Más tarde la jovencita se enteraría que le habían disparado tres veces.

La bala que le alcanzó le inflamó el cerebro, le privó del oído y le cortó el nervio del lado izquierdo del rostro. Todo en el mismo segundo. Ahora han pasado casi dos años desde ese incidente y Malala es toda una celebridad mundial, acaba de ser nombrada como Nobel de la Paz por su lucha en pro de la educación de las niñas de Pakistán, y las razones para haberlo conseguido son mucho más que esas. Esta es la historia de Malala.

379-DOM-HISTORIA,photo02La pequeña Malala

Malala nació el 12 de julio de 1997 en Mingora, distrito de Swat, al norte de Pakistán, en un época en que las familias no se alegraban por la llegada de una mujer y más bien se les ocultaba tras una cortina. Históricamente las niñas estaban destinadas a cocinar y procrear. Su familia es de descendencia “Pastún”, quienes siguen su propio código de honor religioso y cultural, pero también se apegan al Corán (libro musulmán).

Malala es la primera de tres hermanos y la única mujer. Su mamá se llama Pekai y su papá Ziauddin Yousafzai quien fue el que inspiró el espíritu luchador de la jovencita desde que era una bebé. En su libro Soy Malala , la muchacha describe que su padre sintió una gran alegría con su nacimiento y aseguró: “Sé que ella es diferente”.

Malala creció en una escuela que su papá fundó donde los problemas económicos no faltaban, pero aún así Ziauddin mostró siempre que era distinto al resto de hombres en su cultura, tanto que incluso consultaba todo con su esposa Pekai, y hasta se burlaban de él por eso. Siempre se podía ver a la bebé Malala jugando en los pasillos de la escuela donde también habitaban, se escurría gateando a los salones y se ponía a hablar como si fuera la maestra.

A los cuatro años empezó a estudiar. Cuando estaba de vacaciones visitaban a sus familiares en una aldea, ahí Malala despertó un amor por la naturaleza: “Amaba la tierra fértil, las cosechas, los búfalos, mariposas amarillas que revoloteaban a mi alrededor mientras caminaba”, describe en su libro. Al mismo tiempo que disfrutaba de la naturaleza, también tenía algo distinto del resto, sus primos le llamaban “costumbres urbanas” porque no le gustaba andar descalza, leía libros, tenía un acento distinto y utilizaba expresiones de su ciudad.

La ropa que utilizaba no era hecha en casa, sino que la compraba en tiendas, Algunos parientes le preguntaban que si quería cocinar un pollo: “No, el pollo es inocente, no deberíamos matarlo”, respondía.

Tener miedo

Mientras Malala seguía otras costumbres como no cubrir su rostro totalmente, algunos de sus familiares la señalaban, pero sus padres nunca se lo exigieron y ella pensó que usar o no el velo no le garantizaría llegar al cielo.

Ella seguía leyendo libros como Anna Karenina y las novelas de Jane Austen y su padre le decía: “Malala es libre como un pájaro”. Su programa favorito era Shaka Laka Boom Boom, sobre un niño que tiene un lápiz mágico y todo lo que dibujaba se hacía real, más tarde Malala rezaría por tener ese lápiz para desaparecer el horror que rodeó y destruyó casi completamente su valle. Su papá empezó a recibir amenazas y a ser perseguido por los talibanes que poco a poco y a través de un programa radial y pancartas se apoderaban de las mentes de los paquistaníes. Le cuestionaban la enseñanza a las niñas y sobre todo su trato con Malala que no le exigía “observar el purdah”, es decir cubrirse debajo de un velo.

Su papá se involucró en marchas, dio pláticas, habló con los ancianos que manejan la política y trató de hacer conciencia al respecto y defender el derecho de las mujeres. Malala solamente le acompañaba en silencio. En 2007 una activista llamada Benzair Bhutto que luchaba por los derechos de las mujeres en Pakistán fue asesinada en un atentado suicida. Malala entonces se dijo a sí misma “por qué no vas tú y luchas por los derechos de las mujeres”. Así fue.

En ese año los soldados del ejército fueron enviados por el Gobierno para enfrentarse a los talibanes e inició una guerra casi en todo el territorio. Malala se mantenía fuerte en aquellos días porque aún podía ir a la escuela, pero empezó a tener miedo, creía que cualquier hombre que se le cruzaba podría ser un talibán. Tenía que esconder los libros y las mochilas debajo del velo y no usar el uniforme. “Nuestra escuela era un refugio para los horrores de afuera”, escribió Malala, que ya estaba en el instituto. Mientras tanto los talibanes seguían exigiendo que las niñas no tenían que ir a la escuela y pronto las instituciones comenzaron a explotar.

Diario de una niña

Su papá seguía dando entrevistas, asistiendo a medios de comunicación, organizando marchas por la paz en contra de los talibanes y en medio de eso comenzaron las entrevistas para Malala. “Cómo se atreven los talibanes a privarme de mi derecho básico a la educación”, dijo a un medio local. Malala se dirigió directamente al mundo a través de las letras. La idea era escribir un blog anónimo desde el punto de vista de una pequeña.

Al principio ella no estaba contemplada como protagonista, pero luego le insistió a su padre “y por qué no yo”. De esa forma Malala expresó lo que una pequeña paquistaní vivía bajo el régimen talibán.

En el diario se escribieron más de 30 entradas desde enero hasta marzo de 2009, en las que la jovencita de 11 años describió desde el miedo personal que sentía por la presencia talibán, la imposición de llevar un burka, sobre el cierre de su escuela hasta la reapertura que promovió una “paz extraña”. Entonces el blog se cerró porque pensaron que ya no habría más que decir. Pero los talibanes más bien se hacían más fuertes. En mayo de ese año 2009 los Yousafzai tuvieron que salir de Swat y se retiraron a una aldea donde tenían parientes. Primero fueron a Shangla pero no podían quedarse ahí. En solo dos meses habían pasado por cuatro ciudades.

¿Quién es Malala?
[doap_box title=”Ejemplo mundial” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]Los disparos solo fueron el comienzo de una aún más larga travesía de lo que le esperaba a Malala, aún después de lo que ya había vivido. Su cráneo se fracturó, su parte izquierda del rostro quedó paralizada y la recuperación tardó meses. La niña tuvo que aprender a hablar y a caminar de nuevo.Tuvo que ser atendida en Inglaterra porque las condiciones de su país no le iban a permitir sanarse de acuerdo con los especialistas que la atendieron. Al sanarse Malala escribió su libro contando su historia y lo dedicó a todas las jóvenes que se han enfrentado a la justicia y han sido silenciadas. Más premios llegaron y con el dinero Malala creó una fundación que tiene el objetivo de ayudar a la niñez a tener educación. Este año se convirtió en la mujer más joven en recibir un Premio Nobel de la Paz, a sus 17 años. Ella aún sueña con regresar a Swat pero mientras tanto sigue sus estudios en Inglaterra. [/doap_box]

El 24 de julio de 2009 las autoridades declararon que las escuelas iban a reabrirse, una vez más. Pero Swat había pasado por mucho y aún faltaba.

Al inicio de la ocupación hubo un terremoto devastador, después la vida bajo el régimen y justo cuando estaba empezando a reconstruirse, todo el valle quedó inundado, apareció el cólera y la pobreza creció. No había agua potable ni electricidad. Las señales de que los talibanes seguían acechando eran evidentes, las escuelas empezaron a ser dinamitadas de nuevo y había desapariciones inexplicables. A los 13 años ya se había hecho pública la autoría del blog para Malala y empezó a ser invitada para recibir premios y para representar a la niñez de Pakistán y sobre todo de Swat.

Nombraron premios y colegios en su honor. Los talibanes lanzaron la amenaza a dos mujeres por difundir el secularismo. “Hay que matarlas”, decían. Una de ellas era Malala. Malala cumplió 15 años. Estaba en temporada de exámenes y ese día se sentía feliz con el resultado. “Lo último que recuerdo es que estaba pensando en el repaso que tenía que hacer para el examen del día siguiente”, describe Malala en su libro para referirse al día que intentaron matarla con tres disparos después de preguntar ¿quién es Malala?

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