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UE quiere elevar exportaciones de CA

Pese al crecimiento de las exportaciones, tanto de Nicaragua como del resto de la región, el potencial de la producción centroamericana en el mercado regional y extrarregional, incluido el de la Unión Europea (UE), sigue sin aprovecharse.

Pese al crecimiento de las exportaciones, tanto de Nicaragua como del resto de la región, el potencial de la producción centroamericana en el mercado regional y extrarregional, incluido el de la Unión Europea (UE), sigue sin aprovecharse. Incluso, algunos productos que ya se comercializan en el mercado internacional enfrentan escollos, que de no superarse seguirán limitando el aprovechamiento máximo de algunas oportunidades comerciales.

La yuca y malanga, el cacao, los follajes (plantas ornamentales), la miel de abeja, los camarones y el cuero, son los seis productos con mayor capacidad de encontrar nichos de mercado y por ello recibirán apoyo del Programa Regional de Apoyo a la Calidad y a la Aplicación de las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Pracams), para fortalecer su cadena de valor.

[doap_box title=”AdA ayuda” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]Después de 15 meses de la entrada en vigencia del pilar comercial del Acuerdo de Asociación (AdA) entre Centroamérica y la Unión Europea, los países están tomando conciencia del potencial tan enorme que les representa el mercado europeo y eso contribuye enormemente a la aplicación e implementación efectiva de las actividades del Pracams, dice la jefa técnica internacional del proyecto, Palmira López-Fresno.[/doap_box]

“Si por alguna razón alguno de estos seis productos principales no se puede apoyar, tenemos identificados otros seis secundarios para sustituirlos… Estamos en la fase de diagnóstico e identificando el potencial, debilidades, fortalezas y barreras que enfrentan”, explica Palmira López-Fresno, jefa de Asistencia Técnica Internacional de Pracams.

Por ser un programa regional se aplicará de igual manera en todos los países del istmo, perro teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de cada uno. “La clave está en entender muy bien las peculiaridades internas y las necesidades de cada país, de tal manera que nuestros procedimientos de interlocución de relaciones operativas se adapten a cada país”, indica López-Fresno.

EN NICARAGUA SON TRES

Debido a estas disparidades entre los países, incluso en cuanto a calidad y productividad, en Nicaragua del grupo de seis se ha elegido tres para fortalecer sus cadenas de valor: yuca y malanga (se trabaja como uno solo), miel de abeja y cuero. Este último por la apuesta que el país está haciendo en la industria de la moda. Pero, esta elección debe ser validada con el ámbito institucional.

El objetivo final es garantizar el incremento de las exportaciones, por tanto, si los productos ya se están exportando, pero enfrentan algunos escollos, estos deben eliminarse para que se envíen al mercado externo en mayor volumen, o que si aún no se envían encuentren nichos de mercado.

El primer paso será garantizar que tengan un nivel de productividad adecuado para que el precio sea competitivo, que la cantidad producida sea aceptable y que cumplan con los requisitos que establezcan los mercados destinos.

[doap_box title=”Gran inversión” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El Programa Regional de Apoyo a la Calidad y a la Aplicación de las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Pracams) invertirá 23.50 millones de euros, (unos 29.53 millones de dólares).

Los recursos son aportados por la Unión Europea (UE) y el programa estará enfocado en tres ejes claves: profundizar los conocimientos de los funcionarios en temas de infraestructura de la calidad, manejo de equipos de laboratorios y medidas sanitarias y fitosanitarias.

El programa inició oficialmente el 11 de abril del 2011 y se tiene previsto que concluya en febrero del 2017.[/doap_box]

Pero según López-Fresno “este es solo el inicio, porque después hay que entrar en todo el ámbito de la calidad de la gestión y de la gestión de calidad. Es decir que garanticen inocuidad, seguridad, ya sea alimentaria o industrial, precio competitivo, capacidad de mercadeo y de generar confianza personal y hacia sus sistemas… Aquí tomará mucha relevancia toda la parte de relación con los clientes e intermediarios”.

VOLUNTAD NO ES SUFICIENTE

Las deficiencias que deben superar estos productos son reconocidas por los sectores. En el caso del apícola, Félix Linarte, directivo de la Asociación de Productores Nacionales de la Miel (Pronamiel), reconoce que debido a los limitados volúmenes de producción, tanto de los apicultores individuales como de las cooperativas, no existe capacidad de cumplir compromisos internacionales, lo que los obliga a vender la producción a exportadores.

“Mientras no tengamos desarrollada nuestra capacidad productiva no podemos hacer contratos con empresas internacionales, aunque nuestra miel cumpla con los requisitos de calidad y sanitarios. Esta es una triste realidad”, asegura Linarte.

Los esfuerzos de las diferentes organizaciones que integran la Comisión Nacional Apícola de Nicaragua (CNAN) no han sido suficientes para agrupar al gremio y promover las exportaciones conjuntas o en sociedad con alguna empresa exportadora, de la que aprovecharían la inteligencia comercial, los canales de distribución y la infraestructura comercial que estas tienen.

“Eso se requiere más que la voluntad de los dirigentes. La decisión colectiva no es fácil obtenerla, muchos tienen acuerdos y compromisos con las empresas y tienen miedo de abandonarlos y que después el negocio no funcione. Romper ese vínculo no es tan fácil, hay temor. Por algo dicen por ahí que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”, admite Linarte.

Sonia Somarriba, directora de mercados y relaciones internacionales de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), coincide con Linarte en que se requiere más que voluntad para empujar los cambios de mentalidad y de cultura que se requieren para el aprovechamiento máximo de los mercados. Principalmente el europeo, que con la entrada en vigencia del pilar comercial del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la UE, hace 15 meses, abrió una gran oportunidad.

Sin embargo, las raíces y tubérculos (yuca y malanga) por ejemplo, para entrar a la UE requieren la certificación Global Gap, cuya obtención demanda la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en las fincas y otra serie de requisitos que no será fácil cumplir. También incluye la certificación de las plantas procesadoras, y aunque algunas ya la han obtenido, todavía sigue pendiente el cumplimiento de otros requisitos.

En lo que respecta al cuero, Somarriba estima “que lo primordial es encontrar un balance entre la demanda local y la externa, para llegar a un entendimiento, de manera que se tomen decisiones más integradas”.

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