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Familiares de los detenidos denunciaron los abusos del Ejército y la Policía en la finca El Tobobal, de la comunidad Bilwas Central, en Mulukukú. LA PRENSA/ L. E. MARTÍNEZ M.

“Nos tuvieron amarrados en un corral de alambres”

Sin ser informados de las razones por las cuales fueron “retenidos” por militares y policías, cuatro hombres fueron liberados después de permanecer atados más de 24 horas a la intemperie, en un corral de la hacienda El Tobobal, en la comarca Bilwas Central, 26 kilómetros al oeste del poblado de Mulukukú, Región Autónoma del Atlántico Norte.

Sin ser informados de las razones por las cuales fueron “retenidos” por militares y policías, cuatro hombres fueron liberados después de permanecer atados más de 24 horas a la intemperie, en un corral de la hacienda El Tobobal, en la comarca Bilwas Central, 26 kilómetros al oeste del poblado de Mulukukú, Región Autónoma del Atlántico Norte.

“Nos tuvieron amarrados en un corral de alambres, éramos cuatro”, relató telefónicamente Alfredo Almendárez Rodríguez, indicando que junto con él fueron liberados Carlos Jirón, Arístides Mendoza y Fannel Lumbí.

MILITARES LOS PUSIERON A DESENTERRAR CADÁVER

Almendárez dijo que antes de ser liberados tuvieron que “ayudar” a desenterrar un cadáver que, según los vecinos de la hacienda, fue sepultado en el sitio por orientaciones de la Policía de Mulukukú, que en esa oportunidad investigó el hallazgo del cuerpo, el cual habría sido reportado por el dueño de la finca, Juan Ernesto Lumbí Hernández.

[doap_box title=”Cuestionan a militares” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] “No sé por qué el Ejército y la Policía han tomado esa actitud, pero los hacemos cómplices de cualquier atropello más a nuestra familia”, dice Juan Ernesto Lumbí Peralta, quien la madrugada del jueves logró salir de El Tobobal y llegar caminando después del mediodía del viernes a Río Blanco, Matagalpa.
“Tampoco sé cómo el Ejército permite que (en sus filas) anden personas indebidas”, refiere Lumbí Peralta, indicando que entre el grupo de soldados que llegó el martes a la finca, reconocieron a unos lugareños de quienes dijo: “Ahí andan personas sin escrúpulos que han cometido robos y todo tipo de atropellos”. [/doap_box]

En una nota de prensa, la Policía informó este viernes que Lumbí Hernández y su hijo Norlan Cruz Lumbí López, presuntamente forman parte de una agrupación dedicada al abigeato y al cultivo y tráfico de marihuana, entre otros delitos, lo cual fue negado por familiares de ambos.

LOS DETENIDOS

Según la información policial, Lumbí y su hijo están prófugos, mientras que en un operativo, supuestamente conjunto entre militares y policías, fueron detenidos Óscar Noel Olivas Polanco, Dixon Javier Mendoza Chavarría, Francisco Hukler Olivas y el hijo de este, Arsenio Hukler Oporta. Este último, según los vecinos y familiares, tiene 17 años.

“A ellos cuatro los tenían aparte, también amarrados en el potrero”, relató Almendárez, indicando que en ningún momento les informaron por qué los detuvieron. El joven agricultor dice que lo apresaron cuando pasaba cerca de la hacienda, porque iba a arrancar frijoles en la propiedad de su padre, Ernesto Almendárez Miranda.

FINCA GANADERAESTÁ PARALIZADA

Todos los que estaban retenidos, excepto Almendárez, son trabajadores de El Tobobal, una finca ganadera donde la familia de Lumbí tiene casi doscientas vacas en ordeño y genera empleos permanentes a pobladores de la zona.

Mientras los militares y policías estaban cerca de los establos, nadie pudo ordeñar las vacas y decenas de terneros berreaban hambrientos.

“Aquí está todo paralizado, ni el quesero vino por miedo”, dice Clorinda Polanco Álvarez, la cocinera, explicando que antes de las 5:00 a.m. del martes recién pasado, unos hombres “vestidos de pinto y con las cabezas tapadas” allanaron la casa hacienda y “por la forma en que entraron, botando puertas, creíamos que eran monteros, gente ladrona, porque también se llevaron teléfonos, reales, de todo”.

Juan Ernesto Lumbí Peralta estaba en la casa hacienda y cuenta que “el que andaba al mando de ellos andaba de civil y los demás que andaban de pinto no andaban ningún emblema del Ejército, pero nos apresaron y a mi hermano (Norlan) lo golpearon y lo tenían con todos los mozos boca abajo”.

UNO DESAPARECIDO

La tarde de este sábado, la familia de Lumbí desconocía sobre el paradero de Norlan, pero quienes estaban en la finca vieron cuando unos militares se lo llevaban montado en una bestia porque “no podía caminar” por la golpiza que le habrían propinado.

Lumbí Peralta sostuvo que “nos preguntaron por armas de guerra, nada dijeron de drogas y el jefe de ellos mencionó a un ‘Zapoyol’, pero ahí lo que tenemos son armas de cacería y todas con su respectiva portación”.

“Zapoyol” es el seudónimo del líder de un grupo que dice estar alzado en armas contra el gobierno de Daniel Ortega, aunque ha sido mencionado en supuestos enfrentamientos contra el Ejército en comunidades remotas de San José de Bocay, Jinotega.

Nacionales corral El Tobobal Mulukukú archivo

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