Armando Incer Barquero es un icono en la cultura boaqueña, por su trayectoria como escritor, médico, historiador, y promotor de las artes de la ciudad de Boaco.
Hay que leer una línea diaria. Y leer y leer, y leer, hasta que te toca la fibra, se necesita un maestro que te abra la ruta para seguir después solo.
¿Sus maestros, algunos
en especial?
Pablo Antonio, el mismo Flavio Tijerino, Fernando Silva quien me decía que la poesía es libre y que no debe servir a nadie, ni políticos, a nadie.[/doap_box]
Para él, Boaco es una ciudad a la que se regresa, y la poesía un punto de comunión, “en la escritura y en la poesía nos encontramos, es como una huella que el hombre va dejando, la poesía es un encuentro con la vida misma”, dice.
También Incer ha acuñado la frase: “Boaco es culto y oculto”, que hace referencia a los intelectuales del departamento y a la distancia que está de la capital.
Nació en Boaco, en 1930, hijo de médico y alcalde, caminos que igual él seguiría. Además de sus poemas, ha publicado, Breve historia de Boaco (2002) y Los bailantes, con el sol en la piel (2002), e innumerables ensayos sobre Boaco, sus gentes y tradiciones.
Con motivo de ser invitado hoy a las charlas de El autor y su obra que organiza el Festival Internacional de Poesía de Granada, Armando Incer revela algunos pasajes de su vida y de su trayectoria literaria.
¿Cómo nació su interés en la poesía?
Iniciaba mis estudios de Medicina en Granada y ahí me encontré con Fernando Silva, él me habla de poetas y así me fui interesando en esa materia, él me facilitó libros para que entrara con pie derecho, hasta hoy esa amistad perdura desde 1949.
¿Qué lecturas compartían en aquella época?
Eran los poemas de Pablo Antonio Cuadra y César Vallejos. Hay un detalle muy bonito, yo escribía mis poemas y se los enseñaba a él, una vez me dijo: “Vos sos un Robinson Crusoe en el corazón de una niña”, risas, risas, risas, porque todos los poemas eran para las muchachas del pueblo a quien yo quería.
¿Qué otros poetas lo han acompañado de cerca en el oficio?
Aquí en Boaco estaba Flavio Tijerino egresado del Colegio Centro América y exalumno del padre Ángel Martínez y que venía muy influenciado de su pensamiento, él nos leída los poemas y los poetas recomendados por el padre Ángel. Tres fuimos los que “Auscultamos el corazón de la noche”, así que fuimos los tres Toño López, Flavio Tijerino y Armando Incer.
TODOS SOMOS MI PALABRA
¿Sigue Auscultamos el corazón de la noche, cómo?
Claro que sí y haciendo una historia clínica de tanto auscultar. Tengo terminado mi último poemario; Todos somos mi palabra. Un día conversando con Jorge Eduardo Arellano le pregunté si sería posible que la Academia Nicaragüense de la Lengua me publicara este libro y me dijo que sí, a ver qué pasa.
¿Cuáles son los enfoques de este nuevo libro?
Hay poemas del 2008 al 2014, es una poesía que aborda el ambiente familiar, los hijos, ese ambiente en donde me desarrollo.
¿Después de muchos años cómo valora el Grupo U del que fue parte y su impacto?
Recuerdo que José Coronel Urtecho nos dio un espaldarazo y a raíz de eso muchos poetas nos visitaron. Carlos Martínez Rivas, Pablo Antonio Cuadra, Luis Favilli, Luis Rocha, Ernesto Gutiérrez, Enrique Fernández Morales, muchos escritores.
El Grupo U no fue un gran esfuerzo, era más expresar lo que sentíamos, decirlo, pintarlo, escribirlo. Tuvimos mucha acogida localmente, eso hizo que fuéramos reconocidos por muchos escritores del país.
Despertamos la conciencia ciudadana y civil de Boaco, nuestro trabajo no solo se reflejó en la literatura, sino que protestamos por la energía eléctrica, el agua potable, las quemas, el parque.
¿Cómo la escritura y las demás artes les acompañaron en sus protestas?
Los mayores del grupo que ya estábamos casados y teníamos responsabilidades, mirábamos cómo nos estafaban con la energía y con el agua. Salíamos a la calle muchas veces de forma espontánea donde la gente se nos unía, recuerdo las protestas del agua, peleábamos hasta por los precios del cine.
En una ocasión vino el presidente de la República que era Luis Somoza y pedimos una audiencia con él como Grupo U y como Junta pro mejoramiento de Boaco. Nos recibió y se le habló por ejemplo de cómo en el hospital teníamos instrumentos sarrosos con los que se operaba y que era imposible con eso salvar vidas. Se le habló de las quemas, del despale, de lo caro que era el agua y lo contaminado que salía, a raíz de eso el Gobierno nos mejoró muchas condiciones, tuvimos energía eléctrica las veinticuatro horas del día.
¿Por qué los escritores no protestan a los gobiernos sea cual sea la opción política más en los jóvenes?
Se ignora mucho y además hay un yoquepierdismo.
Huérfano esquife publicado en 1988 ¿cómo lo valora?
Dejé a mi familia para ir a prepararme a Europa, en España y Francia, estaba muy solo en pleno mar como un huérfano esquife, solo rodeado de olas, todo eso tuvo sus frutos, tuve ocasión de mejorar económicamente y que mis hijos se pudieran preparar en la universidad, eso me sirvió para escalar un peldaño más.
Y en Debo la sed ¿que nos dice?
Rubén Darío dice, “tengo hambre de espacio y sed de cielo”, yo digo; Debo la sed, esa sed la debo, a mis viejos abuelos y padres que me enseñaron, es un homenaje a toda esa gente que me enseñó hacer como soy.
¿La guerra predilecta es el primer libro que escribió pero el último que publicó?
Este libro estaba inédito desde 1972 y ganó el premio de la Revista Ventana que se organizaba en la Universidad de León, gané con el visto bueno de Mariano Fiallos, Sergio Ramírez, Raúl Elvir, esos eran los jurados, uno de los compromisos era la publicación del libro y 300 córdobas que le daban al ganador. Me dieron el dinero pero nunca se publicó. Durmió por mucho tiempo el sueño de los justos hasta que decidí publicarlo por mi cuenta.
¿Historia y escritura siempre las ha combinado?
Sí, aprendí escuchando a los abuelos.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B
