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La enseñanza del idioma español debe iniciar, según los expertos, en los primeros niveles del sistema educativo y reforzarlo todo el tiempo, incluyendo en la vida profesional. LA PRENSA/ARCHIVO

La batalla de los guardianes del idioma

El 22 de octubre el sitio de LA PRENSA en Facebook estaba usualmente candente con las noticias del día, pero una en especial ocupaba la atención de los usuarios cibernéticos del Diario: un hombre había matado a su compañera de vida y luego se había suicidado con la misma cuerda con que ahorcó a la madre de sus dos hijos. Entre los 203 “me gusta” y los 14 comentarios de indignación y repudio, había uno que resaltaba y no precisamente por el mensaje, sino por la redacción atroz: “Que invesil tanta malda. No permitan que ceyegue tanto avuso hay mujers que las maltratan yno asen nada x eyas”.

El 22 de octubre el sitio de LA PRENSA en Facebook estaba usualmente candente con las noticias del día, pero una en especial ocupaba la atención de los usuarios cibernéticos del Diario: un hombre había matado a su compañera de vida y luego se había suicidado con la misma cuerda con que ahorcó a la madre de sus dos hijos. Entre los 203 “me gusta” y los 14 comentarios de indignación y repudio, había uno que resaltaba y no precisamente por el mensaje, sino por la redacción atroz: “Que invesil tanta malda. No permitan que ceyegue tanto avuso hay mujers que las maltratan yno asen nada x eyas”.

En otros tiempos, Inés Izquierdo hubiera querido morirse de tristeza al leer un mensaje como ese. Ahora ya no: suspira profundo, anota la frase, analiza la estructura, teclea para registrarla y prosigue buscando errores. El adefesio servirá para una lección académica o para una columna periodística.

el tendedero de palabras

De ella se dice que lleva el ADN del idioma español marcado en su ser. Y no parece una exageración tal fama: maestra de profesión, Izquierdo lleva décadas enseñando el idioma español en Nicaragua, Cuba y ahora en todo el mundo a través de las redes sociales.

[doap_box title=”Educación y pobreza” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] Según el exministro de Educación, Carlos Tünnermann, el principal problema de la enseñanza del idioma español en las escuelas del país es que los maestros no están siendo capacitados adecuadamente para responder a las exigencias del idioma. Según el exministro, la mayoría de los docentes del idioma en primaria, sobre todo en las escuelas públicas, no actualizan sus conocimientos y debido a los pocos ingresos salariales, tampoco leen o tienen acceso a las nuevas tecnologías de lectura digital.

Eso, a criterio de Carlos Tünnermann, hace que los maestros no fomenten el hábito de la lectura, base primordial para el buen uso y dominio de cualquier idioma.[/doap_box]

Ha asumido la defensa del idioma de Cervantes como una misión de vida. Desde su columna Hablemos del idioma (1999 en LA PRENSA), Izquierdo ha desentrañado los enredos comunes de la lengua de Darío, ha debatido y aclarado, discutido y peleado y todo ello ha concluido, felizmente para ella, en tres libros y varios manuales, decenas de vídeos instructivos e innumerables conferencias y eventos de capacitación.

Izquierdo, cubana de nacimiento y nicaragüense de corazón, es testigo en tiempo real de un fenómeno global que ella ve con preocupación y desafío: la modificación del idioma en las comunicaciones digitales de la época.

“Sí, el idioma español pasa por una mala situación, pero es una buena oportunidad para rescatarlo. Ahora la gente habla menos y escribe más, la mayoría de las comunicaciones modernas son escritas, la gente escribe y se lee más por mensajes de textos, por las redes sociales como Facebook, Twitter, Whatsapp… El mundo hoy es como un enorme tendedero de ropa donde todo mundo cuelga sus palabras y ahí vemos quién escribe bien, quién escribe mal, qué palabras se modifican o cómo están escribiendo en otras partes de mundo”, observa Izquierdo.

Para ella, el español no es aún un idioma en crisis, pese a la abrumadora cantidad de errores que a diario se escriben en las redes sociales. “Yo no veo una amenaza así como que el español vaya a desaparecer como desapareció el latín, que fue absorbido por otras lenguas, al contrario, veo una mayor preocupación de mucha gente en todas partes del mundo interesada en incentivar el buen uso el idioma”, dice Izquierdo, quien teme al spanglish, esa combinación de palabras en español e inglés que, a su criterio, destroza ambos idiomas.

inteligencia y escritura

Izquierdo señala que ahora hay más cuentas en Twitter y Facebook de personas e instituciones educativas que promocionan el correcto manejo del idioma, que aclaran dudas ortográficas, que aconsejan sobre el uso cotidiano de palabras y promueven hasta la conjugación correcta de los verbos.

“Lo que yo veo, es que las grandes industrias de las tecnologías no aportan a la protección del idioma. Ya mucha gente me ha dicho que está aburrida que le deseen un feliz ano nuevo, si ellos están muy bien con sus anos y esto ocurre porque los que hacen teléfonos muchas veces no se preocupan por incluir la letra ñ, se saltan los acentos en los teclados, los signos de puntuación, y para colmo el autocorrector termina destrozando las palabras y así sale publicado todo sin ninguna vergüenza”, clama Izquierdo.

Para ella, el buen uso del idioma es una señal científica de inteligencia y hoy más que nunca demostrarlo públicamente puede abrir puertas que antes se mantenían cerradas. “Mucha gente no sabe que al escribir mal públicamente pierde credibilidad, pierde respeto social. Muchas empresas, instituciones que buscan trabajadores, recurren a las redes sociales para conocer a fondo a los aspirantes a empleos. La gente cree que las redes sociales son un juego donde pueden romper las reglas del idioma y no pasa nada, no se dan cuenta que el muro de una persona es como el currículo vitae, muchos empleadores ven en el buen uso del idioma la excelencia que buscan para sus empresas”, dice.

el costo de escribir mal

Izquierdo no exagera con su advertencia. Claudia Neira Bermúdez, directora ejecutiva de Crea Comunicaciones, dice que ella evalúa a los candidatos a puestos de trabajo en su agencia, desde el CV hasta el “asunto” en el correo electrónico.

“Para nosotros es vital que las personas que trabajan en esta empresa tengan un buen manejo del idioma, es tan importante que si detectamos errores en la hoja de vida o en el texto del correo electrónico que nos envían cuando solicitan empleo no llamamos a esas personas a entrevistas. En mi faceta de profesora universitaria he tenido una serie de experiencias y una de mis reglas es no seguir revisando trabajos después de cinco errores ortográficos”, comparte Neira, quien fue editora de medios escritos y es catedrática de comunicación social.

“Creo que como comunicadoras, no solo debemos usar correctamente el lenguaje sino que también debemos ser sumamente rigurosos y guardianes del idioma. Esto aplica para todos los ámbitos de la comunicación”, precisa. Ella considera que el buen uso del idioma es imprescindible no solo para los que trabajan en comunicación, sino para todos los profesionales.

“Mucha gente cree que el no usar acentos o diéresis es aceptable y no lo es. Ni se digan los errores de ortografía, la confusión en el uso de s y c, los diminutivos, el no usar h y el mal uso de mayúsculas que en español es un error recurrente; aceptable en inglés pero no en español”, dice.

¿El idioma goza de buena salud?

Claudia Neira reconoce que las redes sociales y las comunicaciones móviles están afectando el uso del idioma y ella trata de contrarrestarlo en las plataformas posibles.

“En lo personal, trato de escribir correctamente la mayor parte del tiempo. Esto va desde un tuit de 140 caracteres, una conversación por mensajería en mi teléfono a correos electrónicos y ya ni se diga en documentos de trabajo. En la medida que somos permisivos y comenzamos a aplicar excepciones, deformamos el idioma y contribuimos a crear malos hábitos. Recordemos que lo visual es muy importante y si comienzo a escribir ¿Por qué? sin acento y sin signos de interrogación, acabaré creyendo que se escribe así”, explica Neira, quien ve en la falta de lectura, más que en el uso de las nuevas tecnologías, al principal enemigo del idioma.

“Recordemos que hoy en día los chavalos y chavalas están expuestos a mucho más vídeos y fotografías que textos, entonces si no lees, no podés entender la aplicación de las reglas de ortografía y gramática que te enseñan en el colegio”, observa Neira, quien al igual que Izquierdo, ve con mayor preocupación la combinación sin control del inglés con el español.

“Ese es otro tema importante, el uso de anglicismos o el bilingüismo. Aquí nos encontramos con dos tendencias, los que creen que el español se debe adaptar a esto y los que creen que no debe ser así. En lo profesional, hay términos que muy difícilmente vas a poder adaptar a nuestro idioma, por ejemplo: brief, talking points, stakeholders y que se han convertido poco a poco en parte de nuestro idioma. En nuestro caso, los usamos en cursiva para diferenciarlos. Esto no debe, bajo ningún punto, darnos pauta a intercalar idiomas en la redacción o en conversaciones”, señala Neira.

¿Nicaragua escribe mal?

El periodista y profesor universitario Alfonso Malespín cree que el país, en general, escribe mal.

Y aunque achaca cierta responsabilidad al uso de las nuevas tecnologías que demandan inmediatez y abreviaciones, considera que la raíz de la mala ortografía del país está en el sistema educativo.

“Una cosa es la brevedad y otra la mala ortografía o mala redacción. La mejor evidencia de esto es su antecesor inmediato: el telégrafo. Era de muy mal gusto que un telegrafista errara en la ortografía y la redacción. Creo que debe retomarse ese espíritu del telegrafista; el mal manejo del idioma, no importa cual sea el soporte tecnológico, no puede justificarse: quien mal escribe evidencia desprecio por su idioma y pobreza de espíritu”, analiza Malespín, quien sin embargo, ve esfuerzos de algunos sectores y personas por preservar el buen uso del idioma.

[doap_box title=”“Los idiomas tienen que ir cambiando”” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] Al respecto, LA PRENSA entrevistó al escritor Sergio Ramírez Mercado, quien recientemente fue galardonado con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2014.
LA PRENSA: A propósito de la educación. Usted lee en las redes: ola k ase ¿Y qué piensa? El lenguaje, el idioma y la comunicación están cambiando radicalmente con la tecnología. ¿No le da temor que de pronto le cambien la materia prima, que es el idioma, con el que usted crea sus libros?
Sergio Ramírez Mercado: “A mí no me asusta eso. El lenguaje es un organismo vivo, que vive cambiando. Creo que las normas ortodoxas para mantener en cintura el lenguaje, como si fuera un corsé, es una visión muy conservadora. Los idiomas van cambiando, se nutren de distintas fuentes. La calle es la que crea el idioma, en las cabinas de radio, en las redacciones de los periódicos, en el campo, en la gente que vende en los mercados… Hoy existen muchas variantes en América Latina de cómo hablar y escribir el idioma. Aquí mismo en Nicaragua, hay campesinos que aún dicen agora y no ahora, endenante y no antes, pero si ese es el idioma del Siglo de Oro, el idioma de Quevedo, Cervantes, que se quedó represado aquí porque hay sitios donde se conservan, pero hay otros neologismos que alimentan el idioma y ¿qué hace la Academia de la Lengua?, terminan certificándola. ¿Por qué debemos asustarnos de que la juventud adopte todos estos términos en inglés de la terminología cibernética? Simplemente nosotros no producimos tecnología, la compramos con todo y sus palabras para usarla y por lo tanto adoptamos términos de otros idiomas que los terminamos haciendo propios. Las palabras se abandonan, se van quedando en el camino, por ejemplo, yo recuerdo que cuando era joven para decir que una cosa era muy buena se decía ‘tuani’, ya en los ochenta se decía ‘búfalo’ y hoy en día lo que se usa es un término en inglés que viene a ser lo mismo: ‘cool’”. [/doap_box]

“Hasta donde me consta hay un esfuerzo muy loable por impulsar el buen uso de las palabras y el lenguaje, pero falta estímulo. El Gobierno escribe mal, el Ministerio de Educación escribe mal y las instituciones en general, escriben mal”, pero lo peor, lo que más daño hace al estudiante, según Malespín, no es el mal ejemplo que pueda dar una institución al escribir mal, sino la promoción de antivalores que se impulsan en el sistema educativo.

“Aquí hay una actitud de desprecio a la cultura, sobre todo hacia la cultura que no expresa lo que le gusta a los gobiernos. Vos ves que aquí se vanagloria a los que salen a la calle a garrotear gente a las marchas y no a quienes marchan en demanda de más presupuesto para la educación”, dice el periodista e investigador social.

deficiencias acumuladas

Para la profesora Inés Izquierdo, los problemas de dominio del idioma, que refleja el país todos los años en los resultados de los exámenes de admisión que hacen los bachilleres para ingresar a las universidades públicas, son el resultado de una deficiencia acumulada en la enseñanza del español en el sistema educativo.

“Se le ha dejado la responsabilidad de corregir los errores solo a los pobres profesores de español, pero no a los de otras asignaturas. El sistema educativo debe obligar, garantizar, a todos los docentes que se actualicen, que se especialicen en la materia, ya que el idioma es cambiante, ahora la Real Academia de la Lengua Española (RAE) incorpora palabras con la velocidad que hace unos años no existían y si un maestro no se moderniza va a evaluar mal las nuevas palabras que sus alumnos puedan aprender y eso afecta el desarrollo de los estudiantes”, dice Izquierdo.

Para ella, la responsabilidad del idioma no debe recaer solo en los docentes, sino también en los medios de comunicación y agencias de publicidad que divulgan de manera masiva sus contenidos.

“Aquí vemos anuncios publicitarios que desfiguran el idioma y nadie asume la responsabilidad por esas barbaridades”, acusa Izquierdo.

cañones contra la rae

Para el publicista y docente universitario en Mercado y Publicidad, Danilo Fajardo Arróliga, actualmente es muy difícil conservar intacto cualquier idioma, “porque las tendencias apuntan a una mezcla de idiomas”.

“Sin embargo, creo que debe respetarse el idioma español en aras de cumplir con uno de los roles más importantes de la publicidad que es el rol socioeducativo. Hoy podemos ver que hay frases en inglés incorporadas al español en su uso diario, podemos ver palabras como ‘wasapear’, ‘hangear’, ‘textear’, y muchas más que no son necesariamente instauradas por la publicidad ahora”, razona Fajardo, quien descarta la tesis de que la publicidad contribuye a afectar el buen uso del idioma.

“La publicidad lo que hace es recoger tendencias, estudiar comportamientos del consumidor, reflejar los contextos en aras de hacer que las marcas convivan con quienes toman las decisiones de compra de un producto o servicio y por ende vemos spots o campañas que retoman ciertos comportamientos del consumidor, tales como el uso de palabras ajenas o la incorporación de jergas con el objetivo de aterrizar lo más posible la comunicación al grupo meta al que se dirige un producto”, explica Fajardo.

“Si hoy vemos que la gente dice ‘postear’ o ‘tuitear’, no es culpa de la publicidad, en todo caso, cuestionemos a la RAE que cada vez más permite excesos en la deformación del idioma, cuestionemos al consumidor que usa palabras ajenas y luego la RAE las acepta porque se vuelven de uso común. Yo antes veía a los señores de la RAE como los guardianes del idioma, ahora solamente quedaron como los CPF (vigilantes de escasos conocimientos académicos) del español, dando pase a las tendencias idiomáticas”, critica Fajardo.

2,874 bachilleres, de un total de 12,281, aprobaron el examen de admisión de español en la UNAN-Managua para ingresar a estudiar en 2014. Es decir, en el examen de español el porcentaje de aprobación fue solo del 23.40 por ciento.

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