El tronco, las ramas, la estrella o ángel, los globos, los lazos, las luces, el pedestal. La típica conífera llena de luces y colores que engalana los hogares, comercios y calles durante estas fiestas, además de ser uno de los elementos decorativos más emblemáticos de la Navidad, también puede servirnos de inspiración para que nuestra vida vaya a mejor en el año que comienza.
La psicóloga Noemí Fernández, directora de ISEP Clínic Granada, expone una serie de consejos prácticos y estrategias psicológicas para crecer y mejorar en cada una de las siguientes facetas de nuestra vida, representadas en el árbol navideño, ya sea natural o artificial:
Los Globos
Simbolismo. Nos representa a nosotros mismos, a nuestra parte interior y más esencial.
Recomendable: Para crecer como personas y mejorar nuestro yo interior deberíamos de hacer una revisión de quiénes somos y evaluar si estamos contentos o no con la persona en la que nos hemos convertido, sugiere Noemí Fernández.
Desaconsejable. La especialista recomienda evitar el conformismo y el victimismo, ya que ambas cosas conducen a la pasividad y por tanto nos impiden mejorar.
Las luces
Simbolismo. Grupo familiar más cercano.
-Recomendable. Fernández sugiere comprobar si estamos manteniendo unas relaciones de calidad, es decir, no pasar el tiempo con ellos, lo que supone unas relaciones de cantidad.
Desaconsejable. Por el contrario, hay que evitar poner excusas que impidan pasar tiempo con la familia, ya que siempre se puede sacar un hueco de calidad para disfrutar, añade.
El tronco
Simbolismo: Representa nuestro objetivo principal.
Recomendable.Podemos hacer el ejercicio del camino de la vida, dibujando nuestro recorrido personal desde nuestro nacimiento hasta el momento presente
Desaconsejable.La psicóloga desaconseja fijarse metas imposibles, ya que hay que ser realista con las posibilidades de cada uno y dividir las metas en pequeños objetivos que podamos alcanzar poco a poco.
Las estrellas o ángel
Simbolismo. Representa nuestras guías e inspiraciones espirituales o filosóficas.
Recomendable.Noemí Fernández aconseja revisar nuestros valores y ver si estos aún nos son de aplicación al día de hoy.
Desaconsejable. Esta psicóloga señala que guiarnos por valores introyectados, es decir aceptados sin cuestionamiento, de nuestros padres, personas de referencia o autoridades es algo que deberíamos evitar.
Los lazos
Simbolismo. Simbolizan nuestros tesoros o posesiones materiales y nuestra prosperidad económica.
Recomendable. Para la psicóloga hay que trabajar por conseguir la estabilidad económica, pero que esto no se convierta en una obsesión.
Desaconsejable. En cambio, Fernández desaconseja obsesionarnos por conseguir cada vez más, dejando de lado otras cosas importantes que nos hacen sentir bien con nosotros mismos.
Las ramas
Simbolismo. Representa los vínculos con nuestra pareja, amigos y seres queridos.
Recomendable. Como seres sociales, las relaciones personales son una necesidad y, por tanto, debemos de fomentarlas como una prioridad en nuestra vida. Hay que buscar huecos semanales para dedicar tiempo de calidad para relacionarnos afectivamente, señala la psicóloga.
El pedestal
Simbolismo. Representa nuestras creencias y las raíces o conexiones con el mundo exterior.
Recomendable. Para Fernández debe de existir una conexión entre lo que creemos y lo que hacemos. De no ser así, nuestro soporte se tambalea. Esta psicóloga recomienda revisar de qué modo podríamos transformar nuestras creencias en formas de conducta afines y abandonar aquellas otras que nos hacen sentir impostores, porque no creemos en ellas. Hay que seguir el lema de ¡Haz lo que creas y no lo que debas!
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