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Limite el alcohol

Beber alcohol de más durante las fiestas navideñas hasta emborracharse o alterar la percepción de la realidad, no solo pone en peligro la salud ajena, si se conduce bajo los efectos del alcohol, sino también la propia, a causa de la resaca, los problemas digestivos y en último extremo el coma etílico.

Si continuamos bebiendo  entraríamos en una zona de alarma o punto de no retorno, donde pueden aparecer impulsividad, agresividad y/o alteraciones en la toma de decisiones, por lo que ya no respetaremos nuestro límite y nos excederemos en el consumo”, advierte Nuria Javaloyes, psicóloga. LAPRENSA/THINKSTOCKPHOTO
Si continuamos bebiendo entraríamos en una zona de alarma o punto de no retorno, donde pueden aparecer impulsividad, agresividad y/o alteraciones en la toma de decisiones, por lo que ya no respetaremos nuestro límite y nos excederemos en el consumo”, advierte Nuria Javaloyes, psicóloga.
LAPRENSA/THINKSTOCKPHOTO

Beber alcohol de más durante las fiestas navideñas hasta emborracharse o alterar la percepción de la realidad, no solo pone en peligro la salud ajena, si se conduce bajo los efectos del alcohol, sino también la propia, a causa de la resaca, los problemas digestivos y en último extremo el coma etílico.

[doap_box title=”MODERACIÓN” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Beber responsablemente no se traduce en ser abstemio; se trata de consumir alcohol de forma moderada, controlándonos para que nuestra velada no acabe con una tremenda borrachera que pueda traer consecuencias mayores.

Los efectos del alcohol dependen de varios factores, como la edad, sexo y peso, por lo que cada uno de nosotros debe saber cuáles son las sensaciones corporales que indican que el alcohol ya nos está afectando.

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La buena noticia es que todos estos daños colaterales del exceso de alcohol pueden evitarse sin necesidad de privarse de los vinos, cavas y licores, e incluso disfrutándolos más y mejor si se siguen unas sencillas recomendaciones para consumir con moderación sin llegar a emborracharse.

“Al beber hay que tener en cuenta la graduación alcohólica y que, por lo general, las bebidas destiladas son más fuertes que las fermentadas, y al ingerirlas se consigue una mayor alcoholemia (cantidad de alcohol en sangre) más rápidamente”, explica a Efe el doctor Eduardo Polania.

Respecto de la elección de la bebida, Polania cree que “la mejor es aquella que mejor combine con el plato a acompañar, aunque según los estudios franceses, los vinos tintos en moderada cantidad pueden ser beneficiosos para la salud cardiovascular”.

Según Polania, el alcohol es un tóxico que afecta directamente a los tejidos, así que las cantidades diarias recomendadas son un máximo de treinta gramos (gr) de alcohol por día: es decir cien mililitros (ml) de una bebida de cuarenta grados, 300 ml de vino y, aproximadamente, 1,000 ml de cerveza, dependiendo de la graduación.

“El alcohol tiene un alto valor calórico, es decir puede servir como fuente de energía para nuestras células, pero son calorías “vacías”, ya que no aportan ningún micro ni macronutriente esencial”, según este médico.

“La gente que tiene problemas con el alcohol siempre sufre algún estado nutricional carencial y, por eso, es bueno acompañar la bebida con la comida, con lo que se disminuye la absorción del alcohol a nivel del torrente sanguíneo (alcoholemia)”, explica Polania.

Sobre si son preferibles las bebidas destiladas (licores, ron, whisky) o las fermentadas (vino, sidras, cervezas, cavas), con o sin burbujas, las dulces o las secas, solas o combinadas, el galeno indica: “El alcohol que ingerimos es igual si la bebida es destilada o fermentada; en combinado o no. Todo depende de la cantidad”, responde Polania.

“Sin embargo —añade el médico— cuando bebemos cócteles controlamos con mayor dificultad la cantidad bebida, las calorías son mayores dada la presencia de bebidas glucosadas y, al final, la embriaguez nos puede atrapar desprevenidos y la resaca desde luego va a ser peor”.

“La primera clave para beber de forma responsable es saber cuál es la reacción de nuestro cuerpo ante el alcohol. Cada persona metaboliza este compuesto de forma diferente. Conocernos y tener claros nuestros límites es fundamental para saber cuándo parar”, señala a Efe la psicóloga Nuria Javaloyes.

“Si sabemos que con tres cervezas ya estamos “alegres”, ese es nuestro límite, y conocerlo nos ayudará a poder anticiparnos y planificar con antelación nuestro objetivo de no traspasarlo. Hacer una lista personal de las razones por las que no queremos traspasar esa raya nos ayudará a recordarlas cuando estemos en la situación en la que nos tienta el exceso”, señala Javaloyes.

La psicóloga recomienda “beber pausadamente, separar en el tiempo las bebidas que vayamos consumiendo y también intercalar alguna bebida no alcohólica entre dos bebidas alcohólicas”.

Salud alcohol fiestas navideñas archivo

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