En 1990 se inician importantes cambios en la entonces URSS y países afines. Se produce en Cuba una dramática disminución de las importaciones y exportaciones. Comienza el llamado “período especial”. Entre las pocas captaciones de divisas estaba la actividad turística que es incrementada por el gobierno cubano.
La CIA comienza a realizar sabotajes en hoteles, agencias de viaje, compañías aéreas que viajan a Cuba. En septiembre de 1997 se dan atentados en los hoteles Tritón, Chateau-Miramar, Copacabana (perece el turista italiano Fabio Di Celmo). Se intentan otros atentados en el hotel Capri y La Bodeguita del Medio. La llegada de turistas a Cuba se ve seriamente afectada.
¿Qué hacer? Bajo el más estricto secreto, el gobierno cubano seleccionó a un grupo de hombres y mujeres, incluidos dos matrimonios, para ser entrenados con el objetivo de infiltrar a los grupos terroristas que operaban en los Estados Unidos, especialmente en la Florida, a fin de obtener información para neutralizar las acciones que estaban afectando al pueblo y gobierno de Cuba.
La preparación que recibieron y la forma en que se infiltraron, pareciera una obra al estilo del escritor inglés Ian Fleming, creador del personaje de James Bond. Ni los familiares se enteraron. Fue duro pasar a ser calificados como traidores, repudiados por parientes y amigos.
En secreto, el día 16 de junio de 1998, llegó a La Habana, en vuelo privado, una delegación de altos funcionarios del FBI, a quienes se entregó, por parte del gobierno cubano, un informe sobre 40 personas que realizaban actividades terroristas en territorio norteamericano. El FBI procedió en sentido contrario. Comenzó a investigar las posibles fuentes de la información recibida. El 12 de septiembre se producen una serie de capturas y el FBI anuncia el desmantelamiento de una red de espías cubanos.
Los detenidos son sometidos a duras condiciones carcelarias. Recibieron halagos y amenazas. Algunos de ellos, incluyendo los dos matrimonios, hicieron acuerdos y pasaron a la calidad de testigos protegidos. Fueron sometidos a proceso Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar (Luis Medina), Fernando González Llort (Rubén Campa), Antonio Guerrero Rodríguez y René González Shewerert.
Los medios informativos norteamericanos iniciaron una campaña señalando a los detenidos de haber cometido diferentes delitos, incluyendo acciones terroristas y asesinatos, se mantuvo el despliegue noticioso hasta el 8 de junio de 2001, fecha en que un jurado los declaró culpables. Después la campaña fue a la inversa, tratar de evitar que la población conociera el caso de los cinco.
No se divulgó que importantes funcionarios norteamericanos, civiles y militares, dieron declaraciones contrarias a la sentencia. El coronel Lawrence Wilkerson, exjefe del despacho del general Colin Powell, entre otras declaraciones, dijo que el caso de los cinco era una atroz violación a la justicia de Estados Unidos. Que actuaron motivados en proteger a sus conciudadanos de una invasión y de reiterados ataques por parte de cubanos-americanos que vivían en la Florida.
La prisión de los cinco cubanos provocó una campaña de solidaridad mundial, contó, entre otros, con los premios Nobel Rigoberta Menchú, José Saramago, Adolfo Pérez Esquivel, Nadine Gordimer, Wole Soyinka, Desmond Tutu, Harold Pinter, Zhores Alfiorov y Gunter Grass. Intelectuales y artistas como Oscar Niemeyer, Mario Benedetti, Harry Belafonte, Pablo González Casanova, Thiago de Mello, Eduardo Galeano, Frei Betto, Danny Glover. Algunos de los mencionados ya fallecidos.
En el curso de la campaña de solidaridad han salido libres René y Fernando, este vino recientemente a Nicaragua. El Diario LA PRENSA publicó una caricatura en la que pone en evidencia su condición de espía y terrorista. En una visita a la redacción del diario, expresé mi desacuerdo, dando algunos argumentos. Se me invitó a escribir este artículo.
En lo personal, me ha interesado estudiar e investigar el caso. En la medida que profundizo aumenta mi admiración y respeto. Han dado un testimonio ejemplar de dignidad, heroísmo y patriotismo. Me parece que plantea un reto para los que estamos en el quehacer de escribir y opinar. Es un compromiso en la búsqueda de la verdad.
El autor es Periodista-Historiador.
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