Jim Palmer y Eddie Murray, dos jugadores sin los cuales los años gloriosos de los Orioles de Baltimore no habrían sido posibles, llegan a Nicaragua este mediodía.
Estos miembros del Salón de la Fama son parte de una tropa completada por Ken Singleton, Al Bumbry y Tippy Martínez, quien tiene a Denis Martínez en la avanzada.
Palmer, cuyo vistoso wind up y fenomenal repertorio lo volvieron el lanzador más dominante del beisbol en los años setenta, es un ganador de tres premios Cy Young.
En su carrera de 19 años, Palmer ganó 268 partidos, incluyendo 186 en los años setenta, máxima cifra en las Mayores. También ganó veinte juegos en ocho ocasiones.
Era un jovencito de 20 años cuando lanzó una blanqueada 6-0 ante los Dodgers y Sandy Koufax en la Serie Mundial de 1966, ganada por barrida por los Orioles.
También fue parte de los equipos campeones del clásico de otoño en 1970 y 1983, siendo el único lanzador con victorias en Series Mundiales en tres décadas distintas.
Murray inició como cohete al ganar el premio al Novato del Año en 1977, tras batear .283, con 27 jonrones y 88 remolques.
Fue la primera de 21 campañas, en las que promedió .287 de forma global, con la distinción de ser miembro del club de bateadores de 3000 hits y 500 jonrones.
Murray salió de acción en 1997, con 3,255 hits y 504 jonrones. Fue a ocho Juegos de Estrellas, ganó tres Guantes de Oro como inicialista y dejó huellas indelebles.
Singleton acumuló .282 y 246 jonrones en sus 15 años, mientras Tippy Martínez tuvo su mejor faena en 1983, con 9-3 y 2.35, más 21 salvados. Bumbry, un hostigoso primer bate, se retiró con .281 en su average, tras una respetable trayectoria.
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