Más de un centenar de joyas y objetos de plata y bronce fueron expuestos ayer en la sacristía de la Basílica y Santuario de la Inmaculada Concepción de María, para luego ser llevados al sector norte del templo. Ahí, con algodones y paños en mano, cientos de devotos de la Virgen iniciaron la tradicional Lavada de la Plata, realizada en El Viejo, Chinandega.
“Hay candelabros, la banda de plata que tiene más de trescientos años obsequiada a la Virgen por un capitán de navío español, un sagrario de bronce, varas del palio, cruz alta, frontal de cuatrocientos años y ánforas”, comentó Rodolfo Picado, uno de los responsables de estos objetos.
Este año, en el aniversario 452 de la llegada de la Virgen del Trono a la Basílica Menor de El Viejo, el mensaje del nuncio apostólico Fortunatus Nwachukwu fue: “No se puede honrar la Virgen celebrando La Purísima y seguir con la violencia hacia la mujer”.
Hay “negocios fracasados, en riesgo de quiebra, familias en crisis y si ampliamos el horizonte, situaciones sociopolíticas preocupantes y ambiente moralmente contaminado”, señaló. En la homilía dijo que “no hay por qué inquietarse por los señalamientos de los no católicos” contra la práctica devocional de venerar las imágenes sagradas, pues esto no es lo que la Biblia llama “idolatría”. [/doap_box]
Promesas
En el costado norte de la Basílica devotos que pagan promesa entregaron tiste en jícara y cosa de horno a los peregrinos. Muchos visitantes aprovecharon para llevar agua bendita a sus hogares. La obtuvieron en un manantial, ubicado en el paso del puente El Limón, que cae al río El Viejo, a cuatrocientos metros del templo, y que se presume nace debajo del altar de la Virgen.
Desde la mañana del viernes, la Policía, los Bomberos y la Cruz Roja se distribuyeron en los alrededores de la Basílica y el parque central para brindar seguridad y asistencia a los peregrinos.
Fortunatus Nwachukwu dijo, al salir del templo, que Nicaragua es un país que valora mucho la estructura de madre y que por eso llamaba a todos la atención respecto a que “no se puede respetar simplemente a la madre de Jesús y seguir maltratando la estructura de la mujer” .
Para el religioso, “es una contradicción vivir con la violencia contra la mujer y venir a cantar a la madre de Jesús, Jesús quiere a su madre, Jesús quiere a cada mujer como quería también a su madre”. “Nosotros queremos sentirnos y queremos manifestarnos o decirnos hijos o seguidores de Jesús, pero tenemos que respetar a la mujer y no podemos seguir con violencia contra la mujer”, señaló.
“Hoy nosotros lavamos el tesoro, cuidamos el tesoro de la Virgen. El tesoro más grande de una madre es su hijo, no podemos también maltratar a los hijos, niños nacidos o no nacidos si queremos o seguimos celebrando a la figura de la mujer. Tenemos que ser concretos, coherentes en nuestras obras, en nuestra fe”, agregó Nwachukwu.
La misa fue presidida por el nuncio Nwachukwu y monseñor Bosco Vivas, obispo de la Diócesis de occidente y el Clero Diocesano.
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