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Álvaro Taboada Terán

El chavismo ¿ya vive su termidor?

El vocablo termidor no debe entenderse solamente en su sentido usual (el declive de una revolución y el regreso a formas de vida pre-revolucionarias), porque más allá, y aunque no exista ninguna reversión y la dirigencia radical permanezca indefinidamente gozando del poder, las revoluciones se institucionalizan, cesan de ser corrientes impetuosas de cambio, se convierten en aguas relativamente tranquilas (aunque a veces se trata de tranquilidad basada en parte en el adoctrinamiento compulsivo, la opresión y el temor); las revoluciones tienen que crear instituciones estables, situación imprescindible para transitar por sus cauces hacia las metas proclamadas por los afortunados dirigentes del nuevo sistema que también, ineluctablemente, envejecerá. Pero hay más. La llegada de termidor se acelera cuando una revolución carga elementos negativos del pasado, y los incorpora como elementos fundamentales del mecanismo revolucionario. Esto ocasiona la oxidación prematura de su andamiaje. La revolución pierde su capacidad renovadora (buena o mala), contradice lo que pregona, y al repetir y refinar antiguos vicios, falla en la misión proclamada de alcanzar un estadio ética y materialmente superior.

Las revoluciones del llamado Socialismo del Siglo XXI calzan dentro de esta segunda forma de declive porque han incorporado en su seno, como elementos estructurales básicos, al caudillismo, la corrupción, y al populismo, los componentes retardatarios más negros en la historia iberoamericana. Traigo este punto a propósito del campeonato hemisférico de corrupción conquistado por el gobierno “bolivariano”, permanentemente distinguido a escala planetaria en esas obscuras lides.

La prestigiosa ONG Transparencia Internacional (TI) que investiga a nivel global la percepción de corrupción gubernamental por medio de diversas mediciones comparativas, publicó (3 de diciembre de 2014) su informe anual que estudió a 175 países: a la máxima trasparencia le corresponden 100 puntos. A la menor transparencia (mayor corrupción) le corresponden cero puntos. Venezuela, con 19 puntos y el puesto 169, resultó el Estado más corrupto del continente. Al aviario chavista le superaron muy pocos a nivel global: la socialista Norcorea y la fallida Somalia ocuparon la cola con nueve puntos. Bolivia y Ecuador, países que también tienen regímenes auto-proclamados neo-socialistas, ocuparon los puestos 103 y 110 respectivamente. Nicaragua ocupa el lamentable puesto 133. El régimen cubano (fallido constructor del “hombre nuevo”) ocupa el puesto 63, abajo de la media mundial y muy por debajo de democracias como Chile y Uruguay.

En claro contraste, los países democráticos, los de la despreciable “democracia burguesa”, son los más limpios y prósperos. Noruega y Finlandia ocuparon los mejores puestos. En Iberoamérica los lugares más honrosos los ocuparon Chile y Uruguay (compartieron el puesto 21, con 73 puntos cada uno). Siguen en la escala Puerto Rico y Costa Rica (puesto 31 y 47, con 63 y 54 puntos respectivamente). Son cifras mejorables, pero superiores a la media mundial.

Sin duda los niveles de corrupción y los resultados de combatirla son terrenos importantísimos de la vida pública, y en esto el Socialismo del Siglo XXI no solamente ha sido incapaz de superar una situación antigua, proveniente de los viejos regímenes, sino que además, ha promovido y empeorado las marcas de corrupción establecidas por estos. La situación arroja serias dudas y sombras sobre la capacidad de abrir, por medio del neo-socialismo, caminos ética y económicamente nuevos y mejores. Solo el tiempo dirá cuánto sobrevivirán estos regímenes y hasta dónde ya están viviendo su etapa termidoriana, al practicar vicios regresivos, una de cuyas características es el enriquecimiento ilícito de las élites gubernamentales “sacrificadas”, “democráticas” y “antimperialistas”.
El autor es Doctor (Ph.D) en Estudios Internacionales.

Opinión chavismo revoluciones temidor archivo

COMENTARIOS

  1. PEDRON ALTAMIRANO
    Hace 9 años

    El sistema capitalista el cual vos defendes a capa y espada,viven creando disque encuestas con sus asalariados de las tristemente celebres ong,estas ONG actuan como jueces en nuestros paises, ellas determinan que naciones tienen los niveles de corrupcion mas bajo y mas altos segun le convenga a Washington,y logicamente flechan a la heroica VENEZUELA y su Revolucion Bolivariana entre sus nefastas listas, pero no dicen pio por Colombia,Mexico,Paraguay e Israel,claro son proyanquis.

    1. Analicen
      Hace 9 años

      Eres un pobre diablo. ¿Qué dirás cuando ya no existan las dictaduras de Venezuela, Nicaragua, etc?

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