El Grupo Corporativo Lala, de origen mexicano, demostró que viene con fuerza al mercado centroamericano al comprar a uno de sus competidores en Nicaragua, incluso antes de poner en operaciones la planta que construye en el país.
“Lala debe abrir nuevos caminos de acceso a los productores para que se vuelvan formales y les permita mejorar los precios de sus productos”, dijo.[/doap_box]
Sin dar el monto de la adquisición, el Grupo Lala informó ayer en un comunicado que compró los activos de la empresa de lácteos nicaragüense Eskimo SA, (con más de 72 años de operaciones) y sus empresas afiliadas en el resto de Centroamérica.
La compra no sorprendió a los directivos de las otras dos empresas lácteas locales, Centrolac y La Perfecta, ni a la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac), porque conocían de la negociación desde hace meses. Pero les aumentó la preocupación por la fuerte competencia que demuestra les dará la mexicana.
El Grupo Lala es de los cuatro más grandes procesadores de alimentos lácteos del mundo y dejó claro que al adquirir Eskimo SA fortalece su expansión en la región. “Con esta adquisición reafirmamos nuestro objetivo de expandir nuestra operación en Centroamérica, donde confiamos que nuestro modelo de negocio puede ser replicable de manera exitosa”, expresó Arquímedes Celis, director general de Grupo Lala en el comunicado.
Las principales categorías de productos de Eskimo, SA son helados, leche, yogurt y bebidas, y Nicaragua es su principal mercado. Cuenta con una red de distribución para atender más de 15,000 puntos de venta “dentro de los canales de distribución moderno y tradicional, con operaciones en Honduras, El Salvador y Costa Rica”, se explica en la misiva.
No se precisó si la marca Eskimo desaparecerá de los productos que oferta en el mercado. En el mismo comunicado, Roberto Salvo, director general de Eskimo SA, únicamente señaló que “el grupo mexicano continuará dando vida a nuestras marcas durante las próximas décadas y desarrollando oportunidades de crecimiento para nuestros colaboradores, proveedores y productores de leche”.
Según Celis “la categoría de helados presenta una oportunidad de participar en operaciones adyacentes, como parte de la estrategia de crecimiento que tenemos proyectada”.
Celis y Salvo resaltaron que la transacción permitirá fortalecer el portafolio de productos nutritivos en beneficio de los consumidores.
Miguel Ángel Schumann, director de Operaciones en Centroamérica de Grupo Lala, señaló que “la inversión realizada es reflejo de nuestra confianza en la región, particularmente en Nicaragua, donde en alianza con una empresa líder como Eskimo continuaremos trabajando arduamente para generar valor en beneficio de toda la cadena de valor”.
En Nicaragua el grupo mexicano invierte cincuenta millones de dólares en la construcción de una planta en el empalme San Benito, municipio de Tipitapa, la que en una primera fase procesará unos 200,000 litros de leche diarios para consumo nacional y exportación a Honduras, El Salvador y Guatemala. Luego se espera que esta capacidad de procesamiento se eleve a 500,000 litros y abarcar también Costa Rica y Panamá.
NO SORPRENDE, PERO…
Alfredo Lacayo y Jorge González, director ejecutivo y gerente general de Centrolac y La Perfecta, respectivamente, celebraron que la compra de Eskimo beneficie a la familia Salvo y además demuestra que las empresas nicaragüenses son rentables.
“Le damos la bienvenida (…) Estamos listos y dispuestos a competir, ya lo estamos haciendo en Centroamérica”, dijo González.
Lacayo espera que la compra de la empresa Eskimo y la construcción de la nueva planta de Lala sea positivo para el desarrollo de la industria del país.
Pero Lacayo agregó: “Preferiría que no vinieran, pero es un mercado libre y eso no se puede detener”. Insistió que el Grupo Lala compita en igualdad de condiciones y no busque controlar el mercado. Aseguró que Centrolac, como el resto de compañías, ya compiten en el mercado regional demostrando “ser de calidad”. “De eso se trata, de competencia y es dura porque es una de las empresas más fuertes del mercado”, expresó.
La preocupación de la industria se centra en que Lala entre a la red de acopio de leche existente y no invierta en ampliarla, aunque las asociaciones de productores ven positivo porque significaría un incremento en el precio por el litro de la leche que paga la industria.
Se estima que en Nicaragua existen unos sesenta centros de acopio. Hasta septiembre se habían recolectado 100.6 millones de galones de leche, de los cuales el siete por ciento fue de las plantas pasteurizadoras, el resto por las queseras artesanales.
Lacayo consideró que Lala no puede obviar esa realidad que es diferente a la de México donde la red de acopio lechero se desarrolló por existir participación del Estado en el desarrollo de sistema eléctrico y de carreteras. “Ojalá venga con interés de expandir y no acaparar la red que hemos desarrollado en los últimos años”, dijo Lacayo.
CANISLAC PIDE TRANSPARENCIA
A Wilmer Fernández, directivo de Canislac, le interesa que vengan inversionistas “siempre que jueguen limpio, no engañen al consumidor y cumplan con las normativas del país” para comercializar productos lácteos.
Fernández, quien es presidente de la Federación Centroamericana del Sector Lácteo, explicó que la semana pasada en Guatemala las empresas de la región abordaron con preocupación el ingreso de Lala, sobre todo porque ofrezca su marca Nutrileche.
“Lo que las empresas centroamericanas expresamos es que Nutrileche, que es la marca más fuerte de Lala, no es leche sino una mezcla (…), por eso como Cámara hicimos llegar una carta al Gobierno para que no se inscriba Nutrileche como leche porque viola las normativas y procedimientos nacionales e internacionales”, dijo.
También inquieta a Canislac que hasta ahora Lala no se acerque a las asociaciones de productores. “Lo que imaginamos es que ya tenían amarrado su paquete con Eskimo. Lo que harán entonces es montarse sobre la red de acopio y con eso se puede ir desplazando a las otras empresas Nilac, Parmalat y Centrolac”, consideró Fernández.
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