Hace más de ocho meses llegó al Hospital Santiago de Jinotepe un chavalo con la memoria perdida. Tiempo después se convirtió en el centro de atención de los medios de comunicación, al suponer que se trataba de Francisco Sánchez Potosme, Panchito, el hijo perdido de doña Ángela Salazar.
Aunque los resultados del ADN confirmaron que no son familiares, Panchito -a como le llaman- se ha ganado el cariño del personal del hospital. Recientemente otras personas llegaron al centro a ver si se trataba de su familiar desaparecido.
Dos hombres de El Cuá, autorizados por la juez de Adolescentes de Carazo, Carolina García, solicitaron una prueba de ADN para confirmar o descartar si el muchacho es su hermano perdido “Cesarito”.
“Ellos solo vinieron una vez a verlo, no se han preocupado por él, ellos dicen que son de largo, pero yo hice sacrificio por venir aquí, dejé todo para cuidarlo y me parece muy extraño que hasta ahora se aparezcan estas dos personas y digan que es su hermano, a parte donde están los padres, a mí me pusieron muchas trabas para hacerme la prueba de ADN, ellos solo vinieron una vez y se la hicieron, es muy extraño”, aseguró Salazar.
“Antes que sucediera todo esto, las enfermeras cuidábamos de él, incluso peleamos para que lo dejaran aquí, porque ya no querían tenerlo aquí, yo creo que Panchito fue polémico porque fue el reflejo de tantos niños que se pierden y que los familiares se cansan de buscar y mueren sin saber qué pasó con ellos”, dijo una enfermera.
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